Redacción Ciencia, 30 oct (EFE).- La rápida expansión de la soja y el aumento del -mal- uso de los pesticidas en los biomas Cerrado y amazónico de Brasil se correlacionan con un incremento de la mortalidad por leucemia infantil, según un estudio.
El trabajo, que no proporciona un vínculo causal, analiza 15 años de datos sobre la mortalidad de la leucemia linfoblástica aguda (LLA), el tipo de leucemia más común en los niños. Los resultados se publican en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).
En las últimas décadas, Brasil se ha convertido en el principal productor mundial de soja y consumidor de pesticidas, explica una nota de la Universidad de Illinois Urbana-Champaign, que junto a la de Denver y la de Wisconsin-Madison participan en este estudio.
Por ejemplo, "la región amazónica brasileña está pasando de una producción ganadera de bajos insumos a un cultivo intensivo de soja con un elevado uso de pesticidas y herbicidas". "La expansión ha sido muy rápida y parece que los esfuerzos educativos y de capacitación (...) no han estado a la altura del crecimiento del uso de plaguicidas", relata Marin Skidmore.
Según la investigadora, cuando los pesticidas no se utilizan adecuadamente tienen consecuencias para la salud; en este sentido recuerda que se han documentado casos de intoxicación de trabajadores agrícolas.
El estudio se basó en datos sobre resultados sanitarios, uso del suelo, aguas superficiales y demografía. La muestra estaba formada principalmente por zonas clasificadas como rurales y con al menos un 25 % de superficie agrícola.
La producción de soja en la zona del Cerrado se triplicó entre 2000 y 2019, y en la región amazónica se multiplicó por 20; el uso de plaguicidas aumentó entre tres y diez veces durante el período.
Los cultivadores de soja brasileños aplican pesticidas a un ritmo 2,3 veces mayor por hectárea que en Estados Unidos, según la misma fuente.
"Los resultados sugieren que cerca de la mitad de las muertes por leucemia pediátrica en un período de diez años pueden estar relacionadas con la intensificación de la agricultura y la exposición a pesticidas", dijo Skidmore.
En total, los investigadores calculan que 123 niños menores de 10 años murieron por LLA asociada a la exposición a plaguicidas entre 2008 y 2019, de un total de 226 muertes por la enfermedad registradas en el mismo período.
Skidmore enfatizó que el estudio no proporciona un vínculo directo y causal entre la exposición a pesticidas y las muertes por cáncer.
"Dado que la carcinogénesis es un proceso complejo y multifactorial, las herramientas que utilizamos no pueden demostrar un vínculo causal entre la expansión de la soja (y el uso de pesticidas) y muerte por cáncer", señalan los investigadores en su artículo.
Estos no hallaron correlaciones entre las muertes por LLA y el consumo de soja, los cambios en el estatus socioeconómico o la prevalencia de cultivos con menores tasas de aplicación de pesticidas.
El equipo investigó la contaminación de las fuentes de agua y concluyó que la escorrentía de pesticidas hacia las aguas superficiales es un método probable de exposición.
"Nuestra preocupación es que nuestros resultados son sólo la punta del iceberg (...). La exposición a plaguicidas también puede dar lugar a casos no mortales de leucemia y existe el riesgo de que repercuta en la comunidad adulta y adolescente", afirma Skidmore.
Los investigadores indican que hay varias formas de mitigar esta relación: formación y educación de los trabajadores agrícolas, una normativa inteligente para el uso de pesticidas y el acceso a la atención sanitaria (la LLA es tratable pero requiere de centros sanitarios adecuados).
Brasil está desarrollando actualmente un programa de certificación que exige a los aplicadores de plaguicidas formación y educación en materia de seguridad, según la Universidad de Illinois.