Shiffrin, a igualar el récord de seis victorias globales de Moser-Pröll

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La estadounidense Mikaela Shiffrin, poseedora del récord absoluto de victorias en la Copa del Mundo de esquí alpino -88, dos más que el sueco Ingemar Stenmark, al que mejoró el curso pasado- quiere seguir lustrando su ya de por sí sobresaliente palmarés. Y su siguiente objetivo es la plusmarca de seis victorias globales de la austriaca Annemarie Moser-Pröll, otro mito de los años 70, en la competición de la regularidad, que arranca este sábado en Sölden (Austria).

Mutada de niña prodigio a súper-depredadora deportiva, Shiffrin, de 28 años y que desde hace unos cuantos ya lo ha ganado absolutamente todo en el deporte rey invernal, saltó la banca la temporada pasada. Doble oro olímpico y séptuple campeona mundial -con 17 medallas en grandes eventos- durante la campaña 2022-23 dio cuenta del récord de victorias femeninas en la Copa del Mundo de su compatriota Lindsey Vonn (82), antes de igualar y mejorar -en apenas 24 horas y precisamente en Are (Suecia), donde ganó por primera vez- la plusmarca histórica absoluta (entre hombres y mujeres) de Stenmark (86). Que elevaría a 88 después de anotarse también el gigante de las finales de la competición, disputadas en Grandvalira-Soldeu (Andorra).

Shiffrin, que cuenta 53 victorias en eslalon (otra plusmarca absoluta: de victorias en una misma disciplina), modalidad en la que ganó por séptima vez la Bola de Cristal, certificó matemáticamente, antes de llegar a esa instancia, la consecución de su quinta Copa del Mundo. Competición en la que el suizo Marco Odermatt revalidó el título logrado un año antes. Con récord de puntuación en hombres. Sumó 2.042; mejorando en 42 unidades el anterior, que poseía desde el año 2000 el austriaco Hermann Maier: el irrepetible 'Herminator'.

La estadounidense  coronó otra temporada de ensueño (en la que también ganó el título de gigante y dos platas -en eslalon y supergigante- en los Mundiales de Courchevel y Méribel, en Francia; donde Odermatt capturo dos oros, en descenso y gigante), batiendo el otrora estratosférico récord absoluto de Stenmark.

El astro sueco, triunfador entre 1974 y 1989, alcanzó sus 86 victorias (46 en gigante y 40 en eslalon) a los 32 años. La súper-campeona de Vail (Colorado), ganadora en todas las disciplinas del esquí alpino, las mejoró a los 27. Tardó para ello diez años y algo menos de tres meses.  Bastante menos que el gran Ingemar; que invirtió catorce años y dos meses en su gesta, que incluye una victoria en España: en el gigante de Sierra Nevada (Granada) de 1977.

Superado Stenmark, el siguiente objetivo de la tan talentosa como voraz Shiffrin es alcanzar los seis triunfos finales en la competición de la regularidad de Annemarie Moser-Pröll, la 'novia' de Austria en los años 70. Otra niña prodigio que logró la primera de sus 62 victorias en Copa del Mundo -36 en descenso- a los 16 años ('Mika' lo hizo con 17) y que ganó sus cinco primeros grandes Globos de Cristal de forma seguida -entre 1970 y 1975-, antes de capturar un sexto en 1978.

Campeona olímpica de descenso en Lake Placid'80 (EEUU), ocho años después de haber capturado plata en la disciplina reina en Sapporo'72 (Japón), el palmarés de Moser-Pröll hubiera sido aún más brillante de no haberse saltado la temporada 1975-76 (perdiéndose los Juegos de Innsbruck'76, en su país) para cuidar a su padre, convaleciente de un cáncer de pulmón. Eso, antes de regresar a la competición tras el deceso de su progenitor: Annemarie fue una grandísima campeona, en el amplio sentido de la palabra.

Si, además, mantiene el nivel, la súper-depredadora de Vail (Colorado) podría convertirse esta temporada -que arranca con un gigante femenino este sábado y otro masculino, el domingo, en el Rettenbachferner del glaciar tirolés de Sölden- en la primera en alcanzar las 100 victorias en la Copa del Mundo de esquí alpino.

Si las lesiones la respetan y decide prolongar su carrera, a Shiffrin le queda tiempo para igualar o incluso mejorar a otra leyenda, el austriaco Marcel Hirscher, plusmarquista absoluto en la Copa del Mundo, que reinó durante ocho años seguidos (2012-19) y capturó otras tantas grandes Bolas de Cristal durante ese periplo.

La retirada de Hirscher marcó un punto de inflexión y supuso un duro revés para Austria, la primera potencia mundial en el esquí alpino a lo largo de la historia. Que ha tenido que asumir que tres de las últimas cuatro ediciones de la Copa de las Naciones (la general por países) se las anotase Suiza; y que el año pasado no pasase del tercer puesto en esa clasificación, superada también por Noruega.

Pero antes de pensar en Hirscher, la gran estrella del 'US Team' apuntará a Moser-Pröll. En una temporada en la que su pareja, el noruego Aleksander Aamodt Kilde (31 años), ganador de la competición la temporada 2019-2020, se postula como principal opositor a un tercer título seguido de Odermatt, que con 26 años recién cumplidos es campeón olímpico, doble oro mundial  y cuenta 24 triunfos en Copa del Mundo (14 en gigante y diez en supergigante): cuatro más que el nórdico (11 veces victorioso en descenso y nueve en 'súper').

En teoría, la principal oposición a Odermatt llegará del campamento noruego. Porque, aparte de Kilde -segundo el curso pasado, a más de 700 puntos del nuevo ídolo deportivo de la afición suiza-, lo volverá a intentar Henrik Kristoffersen, otrora principal rival de Hirscher. Y también estaba llamado a apuntar alto Lucas Braathen, ganador de la última Copa del Mundo de eslalon, que este viernes protagonizó el 'bombazo' informativo, al anunciar de forma sorprendente, en una rueda de prensa que tuvo lugar en Sölden, su retirada del esquí alpino. A los 23 años. Por discrepancias con la federación de su país, según explicó.

Tampoco habrá que descartar al francés Alexis Pinturault, último ganador de la Copa del Mundo (2020-21) antes de que arrancase el reinado de Odermatt. Que, al igual que Shiffrin, instauró una monarquía absoluta; que, de momento, sólo parece poder ser frenada a causa de lesiones.

Austria confía en la progresión de Marco Schwarz -de experto en disciplinas técnicas a todoterreno- y que Vincent Kriechmayr vuelva a brillar en las modalidades de velocidad.

La eslovaca Petra Vlhová,  ganadora de la Copa del Mundo hace tres temporadas; la italiana Federica Brignone (vencedora hace cuatro); y la suiza Lara Gut-Behrami, que capturó la gran Bola de Cristal la temporada 2015-16, que en los Juegos de Pekín 2022 se hizo con el único título que le faltada -el olímpico, en supergigante- y que la pasada temporada fue segunda (a casi mil puntos de Shiffrin), serán, sobre el papel, las principales rivales de la estadounidense para el triunfo final.

También para anotarse este sábado la primera victoria del curso, a la que optarán asimismo la italiana Marta Bassino y la sueca Sara Hector, actual campeona olímpica de la disciplina.

Gut, a los 32 años la gran dama del esquí suizo, se entrena a las órdenes del técnico español José Luis Alejo, junto al que ha certificado las pasadas campañas su retorno a la cima deportiva. Y este sábado partirá de nuevo entre las candidatas.

La gran favorita, empero, tras capturar el curso pasado la Bola de Cristal (con siete triunfos en diez carreras) y el título mundial de gigante, será, una vez más, Shiffrin.

Quim Salarich, especialista en eslalon, será de nuevo la gran baza de España en la Copa del Mundo, en la que no debutará hasta que se dispute la primera prueba de esa disciplina, en la estación austriaca de Gurgl (Tirol), el próximo 17 de noviembre.

El barcelonés logró hace dos temporadas el mejor resultado para el esquí hispano en 42 años -al acabar quinto el eslalon de Courchevel-, el mejor desde los tiempos del inmortal e irrepetible Paco Fernández Ochoa, único campeón olímpico invernal español de toda la historia: en el eslalon de los Juegos de Sapporo'72.

"Esta temporada, más que en buscar un resultado, me quiero centrar más en mi 'performance'. Si enfoco todo en mi rendimiento, los resultados llegarán solos", explicó a Efe Salarich. "Si pienso, sobre todo, en lo que sé hacer, saldrán mejor las cosas", añadió Quim, nacido en Vic hace 29 años.

La temporada, que tendrá una de sus novedades en el descenso de Zermatt y Cervinia -una pista con salida en Suiza y llegada en Italia, a los pies del majestuoso Matterhorn (el monte Cervino)- y que alcanzará su fin de semana estelar en las carreras del Hahnenkamm, en Kitzbühel (Tirol), arranca y se cerrará en Austria. La estación mundialista de Saalbach (Salzburgo) albergará las finales de la competición, la penúltima semana de marzo.

Sólo los más obtusos son incapaces de percibir el  enorme daño que está provocando el calentamiento global, que afecta de lleno a un deporte que se disputa en montañas en las que se derriten los glaciares; y en las que cada vez hay menos nieve.

Las grandes estrellas del deporte invernal ya hicieron público la pasada temporada un comunicado instándole a la FIS (Federación Internacional de Esquí) a confeccionar un calendario más sostenible. Y la polémica se ha prolongado, al mantenerse las fechas del arranque de la temporada; que muchos, entre ellos Shiffrin, la más mediática del circo blanco, consideran que siguen llegando demasiado pronto.

"Yo me puedo adaptar a cualquier tipo de situación, incluso con temperaturas más elevadas, para competir. Pero, ¿tiene sentido hacerlo? ¿Es ahora el momento de organizar competiciones de esquí? Probablemente, no", manifestó hace unos días Shiffrin. "El calendario debería ser repensado. Habría que reconsiderarlo", recalcó la súper-campeona de Vail.

Adrian R. Huber

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