Arestóvich, de “terapeuta en jefe” de Ucrania a crítico de Zelenski acusado de prorruso

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Marcel Gascón

Kiev, 19 oct (EFE).- Ningún otro asesor o integrante de la administración ucraniana fue al principio de la guerra tan popular e influyente como Oleksí Arestóvich, un apuesto exmilitar con estudios en psicología y amplia formación filosófica que se ha convertido en la figura pública más crítica a la labor del presidente Volodímir Zelenski.

En los primeros meses de la invasión rusa, y desde la posición de asesor de la oficina de Zelenski, este exactor aficionado a la provocación fue el encargado de tranquilizar a la opinión pública ucraniana con unos vídeos que publicaba cada noche en YouTube para transmitir serenidad y confianza a sus compatriotas.

Aunque su credibilidad se fue desgastando a medida que no se cumplían algunos de sus pronósticos, como que la guerra iba a terminar pronto, el carisma y la seguridad que irradiaba le convirtieron, según las encuestas del momento, en la personalidad más apreciada por los ucranianos después del presidente Zelenski.

Arestóvich se vio forzado a renunciar a ese papel el pasado mes de enero, después de que afirmara en uno de los muchos podcasts en los que aún participa que el misil que mató a 45 personas en la ciudad de Dnipró había impactado en el edificio tras ser interceptado por las defensas aéreas ucranianas.

Liberado de su misión oficial, Arestóvich, de 48 años, sigue desplegando una intensa actividad en redes sociales y en numerosos programas de entrevistas en YouTube, donde tiene más de 1,7 millones de abonados.

Con el paso de los meses, el exasesor presidencial ha ido expresando con mayor claridad y contundencia posiciones de las que nunca había abjurado y que chocan frontalmente con algunas de las directrices fundamentales de la acción política de Zelenski y de su partido, que tiene mayoría absoluta en el Parlamento.

Una de las críticas más recurrentes de Arestóvich va dirigida contra la política lingüística, apenas cuestionada en los medios y la política nacionales, de abandonar por completo el uso del ruso para convertir el ucraniano en la única lengua franca de Ucrania.

A diferencia de muchos de sus compatriotas rusófonos, que después de la invasión abandonaron su lengua materna para pasar a expresarse en público en ucraniano, Arestóvich sigue utilizando la lengua de sus padres en la mayor parte de sus intervenciones.

Arestóvich tampoco comparte la opinión dominante en el discurso público ucraniano en tiempos de guerra sobre la oposición rusa.

En un contexto en el que muchos ucranianos critican cualquier reconocimiento al opositor ruso encarcelado Alexéi Navalni y rechazan cualquier reconocimiento a los disidentes o exiliados rusos como un blanqueamiento del imperialismo moscovita, Arestóvich debate cada semana en YouTube con disidentes rusos y los defiende de las críticas.

Uno de sus reproches más contundentes a la administración de Zelenski los escribió la semana pasada en su cuenta de Facebook.

Entre otros “errores” que calificó de estratégicos, Arestóvich afeó a los actuales dirigentes ucranianos por haber dedicado tantos esfuerzos a defender Bajmut y a intentar recapturarlo tras su caída en vez de destinar esas tropas a romper las líneas de defensa en el sur.

En su mensaje también criticaba los supuestos fracasos de la administración de Zelenski a la hora de luchar contra la corrupción, y le recriminaba, en una clara alusión al distanciamiento de Polonia, haber “destruido las relaciones con nuestros vecinos más cercanos”.

“En mi opinión, nuestros líderes han excedido los límites de su competencia hace tiempo”, escribió Arestóvich, que pidió elecciones para que las cosas mejoren.

La respuesta desde el poder no tardó en llegar por medio del presidente del Consejo de Defensa y Seguridad Nacional de Ucrania, Oleksí Danílov, que denunció la existencia de un “plan ruso” para activar a “los vestigios de población prorrusa” en Ucrania a través “‘expertos’, ‘actores-espía’ y otros tipos de estafadores”.

La referencia a los ‘actores-espía’ es una clara alusión a Arestóvich, a quien se le supone un pasado como agente de la inteligencia militar de su país.

El antiguo “terapeuta en jefe” de Ucrania, como lo llamaron algunos medios al principio de la guerra, no dudó en recoger el guante y respondió burlándose de la supuesta función decorativa del puesto que ocupa Danílov.

“Si crees que tu vida no tiene sentido y que no estás haciendo nada recuerda que, además de la ONU, está también el secretario del Consejo Nacional de Seguridad de Ucrania”, escribió para sus más de 800.000 seguidores en Facebook. EFE

mg/jam/cg

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