Bogotá, 15 oct (EFE).- El Gobierno colombiano y el Estado Mayor Central (EMC), principal disidencia de las antiguas FARC, buscarán este lunes disipar las dudas en torno a un proceso de paz dilatado y en entredicho, al tiempo que arrancarán un esperado cese el fuego de tres meses que les permita sentarse a negociar.
En Tibú, municipio de la convulsa región del Catatumbo, se volverán a sentar a la mesa, como lo hicieron el pasado 8 de octubre, las dos delegaciones con la esperanza de que esta vez sí se puedan dar los anuncios oficiales: inicio del cese el fuego hasta final de año e instalación de los diálogos de paz.
Estas eran las dos noticias que esperaban los miles de campesinos y líderes sociales que se trasladaron el pasado domingo a Tibú, pero a quienes la dilatación del proceso acabó disgustando hasta el punto de tomarse el escenario donde estaban las delegaciones y avisar que sin cese el fuego nadie abandonaría el recinto.
Los rifirrafes entre las delegaciones han sido evidentes desde los primeros acercamientos, aunque en las últimas semanas la tensión aumentó con el intercambio de declaraciones, acusaciones y con las acciones de ambas partes.
Parece que los principales escollos son las condiciones del cese el fuego, que de hecho pasó de tener una duración de 10 meses en el primer anuncio conjunto a ser de tres meses prorrogable, y las acciones violentas de las disidencias del departamento del Cauca (suroeste), que protagonizaron una escalada de la violencia atemorizando a comunidades y el asedio a estaciones de Policía.
Sin embargo, esta vez el anuncio parece tener el respaldo del presidente colombiano, Gustavo Petro, que había evitado comentar extensamente este proceso de paz pero, en un mensaje publicado este domingo, defendió el diálogo aunque dio a entender que el acto sería hoy y no mañana.
"Está a punto la mesa que puede iniciar un segundo proceso de paz en Colombia en el día de hoy (sic). Espero de todos los combatientes del EMC la máxima responsabilidad con la tarea que se inicia. La responsabilidad es con la historia de Colombia y hoy es un mensaje de coherencia al mundo. El conflicto se soluciona hablando", dijo en su cuenta de X.
En la agenda está previsto un acto en el que ambas delegaciones se encontraran mañana para confirmar que comienza de inmediato el cese el fuego -con la respectiva publicación del decreto por parte del Gobierno- y que empiezan oficialmente las negociaciones del que será el segundo proceso de paz de este Gobierno, un año después del abierto con el Ejército de Liberación Nacional (ELN).
Será el mismo acto al que asistieron periodistas y campesinos de todos los rincones de Colombia el domingo pasado, pero los anuncios acabaron diluidos en la tensión de la jornada.
La delegación del Gobierno hizo un juego de idas y venidas en el que el alto comisionado para la Paz, Danilo Rueda, se ausentó durante la mayor parte de la reunión, así como el jefe negociador del Gobierno, Camilo González, dejando la impresión de que los acuerdos no estaban tan avanzados como habían prometido.
En medio de la tensión y el desasosiego de los campesinos, las delegaciones acabaron anunciando un cese de operaciones ofensivas por ambas partes de una semana, como preludio del cese el fuego, y una nueva reunión para el 16 de octubre.
Durante este cese de operaciones, esta semana un frente disidente del Cauca fue acusado de asesinar a un miembro del Ejército, añadiendo más tensión a una receta ya de por sí inestable.
La relación entre las partes fue tirante desde que en mayo pasado el Gobierno suspendió unilateralmente el cese el fuego de seis meses -de enero a junio- que tenía con el EMC en cuatro departamentos, luego de que un frente de esa guerrilla asesinara a cuatro menores indígenas a los que había reclutado.
Con la esperanza de que el proceso avance y con la cautela por los desengaños que han ido acumulando las delegaciones, los colombianos mirarán a Tibú este lunes para saber si Colombia tiene un segundo proceso de paz o si toca esperar más.