San José, 13 oct (EFE).- El Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca Más condenó este viernes las recientes "detenciones arbitrarias e inconstitucionales" de sacerdotes, feligreses de la Iglesia católica y de personas consideradas opositoras por parte de la Policía "y paramilitares, brazos represores del régimen" de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
"Denunciamos que estos actos carecen de total legalidad y violan el debido proceso, tanto de las normativas internas como del Código Procesal Penal y la Constitución Política, así como las garantías internacionales en materia de derechos humanos", señaló en una declaración ese organismo, integrado en su mayoría por activistas nicaragüenses exiliados en Costa Rica, donde tienen su sede.
En lo que va de octubre, la Policía Nacional ha arrestado a seis sacerdotes y a 13 en lo que va de año. También ha detenido a dos colaboradores de la diócesis de Estelí (norte) en la última semana. La mayoría de las detenciones han sido en horas de la noche y sin orden judicial, según el organismo.
Para ese Colectivo, "el régimen persigue la consolidación de un Estado totalitario y hace del terrorismo de Estado y la comisión de crímenes de lesa humanidad una política de Estado como respuesta a las demandas de un pueblo que continúa exigiendo libertad, verdad y justicia".
Por tanto, exigió "el cese inmediato de estas graves violaciones de derechos humanos, en particular la libertad religiosa y exigimos la libertad de todas las personas presas políticas en Nicaragua".
Esa ONG se unió al llamado de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y al de los países que desde la Organización de los Estados Americanos (OEA) condenaron las “acciones represivas” para atacar a la iglesia Católica y las universidades del país.
También expresaron su preocupación por el encarcelamiento arbitrario de sacerdotes, como el obispo Rolando Álvarez, así como la expulsión del país de decenas de clérigos nicaragüenses y extranjeros.
Las relaciones del Gobierno de Ortega y la Iglesia católica están marcadas por la expulsión y encarcelamiento de sacerdotes, la prohibición de actividades religiosas y la suspensión de sus relaciones diplomáticas.
El papa Francisco tildó de "dictadura grosera" al Gobierno sandinista en una entrevista con Infobae, señalando "un desequilibrio de la persona que dirige" ese país.
Nicaragua atraviesa una crisis política y social desde abril de 2018, acentuada tras las controvertidas elecciones generales del 7 de noviembre de 2021, en las que Ortega logró la reelección para un quinto mandato, cuarto consecutivo y segundo junto con su esposa, Rosario Murillo, como vicepresidenta, con sus principales contendientes en prisión o en el exilio.