Santiago de Chile, 13 oct (EFE).- La presidenta del Consejo Constitucional de Chile, Beatriz Hevia, atribuyó el descalabro que las encuestas proyectan para el segundo proceso constituyente a “la mochila del fracaso anterior, por la rabia, la frustración y la desesperanza” que el primer intento fallido dejó en la ciudadanía.
“Hay que dejar de lado el estigma del primer proceso con el que cargamos”, dijo en una entrevista con EFE en el hemiciclo del antiguo Congreso, en pleno centro de la capital, donde desde junio 50 consejeros escriben una nueva carta magna a partir de un borrador consensuado por un comité de expertos.
Hevia (Osorno, 1992), militante del ultraderechista Partido Republicano, que controla el órgano con 22 de los 50 escaños, se mostró “optimista” por el texto constitucional que la semana pasada el Consejo terminó de redactar, pero solo un 18 % votaría “a favor” de la propuesta en el plebiscito del 17 de diciembre, según los últimos sondeos.
“Hay sectores políticos que tienen que hacerse cargo de haber impulsado un proceso constitucional que quizás no responde a los dolores de la ciudadanía”, apuntó.
Su partido –que hoy lidera el Consejo– fue, paradójicamente, el único que se excluyó de los acuerdos por una nueva Constitución que suscribieron de forma transversal todas las fuerzas políticas.
Ante la posibilidad real de que Chile se convierta en el primer país en rechazar dos veces consecutivas una nueva Constitución, descarta cualquier responsabilidad de su sector : “Este proceso nació con un fuerte rechazo ciudadano que va mucho más allá del contenido del texto, a diferencia del intento anterior, que tuvo mucho respaldo”.
“Si algo termina en la comisión mixta, no hay que dramatizar ”
Este viernes los mismos 24 expertos que elaboraron el anteproyecto entregan recomendaciones a los consejeros para enmendar su propuesta constitucional, definida básicamente por los ultraderechistas y la derecha tradicional (juntos suman 33 escaños).
“Tendremos que revisar todas las observaciones sin poner barreras anticipadas a una discusión legítima”, señaló Hevia.
Las indicaciones que no logren aprobarse por tres quintos de los consejeros y que tampoco sean rechazadas por dos tercios, pasarán a una comisión mixta (seis consejeros y seis expertos), también controlada por la derecha y la extrema derecha.
“Si algo se rechaza y termina en la comisión mixta, tampoco hay que dramatizar, es parte del diseño del proceso”, precisó la presidenta.
“No hay ninguna puerta abierta a derogar la ley de aborto”
Para algunos sectores del oficialismo, el nuevo articulado es más conservador que el actual, heredado de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), y radicalmente opuesto al emanado del primer proceso, que salió de la mano de un órgano de mayoría progresista que proponía amplios cambios en la institucionalidad.
“Hemos construido un texto que se hace cargo de la tradición constitucional chilena, de los dolores de la ciudadanía actual y que piensa en el Chile del futuro”, expresó Hevia.
Entre los artículos más polémicos aprobados destaca el que protege "la vida de quien está por nacer" porque, según criticaron expertos y organizaciones feministas, pone en riesgo la ley que despenaliza el aborto en los supuestos de riesgo para la madre, inviabilidad fetal y violación, aprobada en 2017.
“No hay ninguna puerta abierta a derogar por secretaría la ley de aborto en tres causales”, aseguró Hevia. Según ella, la Constitución vigente “protege la vida del que está por nacer”, pero el anteproyecto de los expertos “guardaba silencio sobre eso”.
“El Consejo Constitucional repone esa realidad (...) No se avanza más allá”, agregó.
“Salir a informar”
El líder de los ultraderechistas, José Antonio Kast, hace pocos días se posicionó explícitamente a favor de la propuesta del Consejo, aunque sectores de su propio partido se desmarcaron y llamaron a votar en contra.
Hevia es de las republicanas fiel al ‘kastismo’. Opina que “hay un buen texto que permite cerrar de buena manera el capítulo constituyente”, pero matiza que aún “quedan etapas” para llegar al redactado final, del que dependerá su posición definitiva.
A dos meses del referéndum obligatorio, considera “clave” dar a conocer a la ciudadanía el nuevo articulado y “salir a informar”. Para ella, la campaña de difusión –tanto del contenido como de la votación– anunciada por el Gobierno del izquierdista Gabriel Boric, acérrimo defensor del proceso a pesar del primer fracaso, es “tremendamente relevante”.
“Espero lo mismo de distintos líderes políticos y de la sociedad civil, que sea activa e interesada en informarse”, recalcó.
Más allá de las críticas contra el Consejo por su poca capacidad de llegar a acuerdos y consensos, Beatriz Hevia hace un balance positivo del trabajo realizado y habla de un camino transitado “con respeto y diálogo entre los distintos sectores, a pesar de lo que se transmite”.
“Hemos tenido un proceso constitucional sano y eso me tiene tremendamente orgullosa”, cierra.
Meritxell Freixas