(Bloomberg) -- Claudia Goldin se convirtió en la tercera mujer en recibir el Premio Nobel de Economía, luego que la académica estadounidense fuera galardonada por su investigación sobre los factores que explican las brechas salariales y laborales entre hombres y mujeres.
Goldin, profesora de la Universidad de Harvard, recibirá un premio de 11 millones de coronas (US$1 millón), informó el lunes en un comunicado la Real Academia Sueca de Ciencias en Estocolmo.
“Comprender el papel de la mujer en el mercado laboral es importante para la sociedad”, afirmó Jakob Svensson, presidente del Comité del Premio de Ciencias Económicas. “Gracias a la innovadora investigación de Claudia Goldin, ahora sabemos mucho más sobre los factores subyacentes y qué barreras es posible que sea necesario abordar en el futuro”.
Nacida en 1946 en Nueva York, Goldin utilizó más de 200 años de datos para demostrar que, si bien las diferencias salariales históricamente podían explicarse por diferencias en educación y opciones ocupacionales, ahora existen principalmente entre hombres y mujeres en los mismos trabajos, y surgen con el nacimiento del primer hijo.
Esa comprensión proporciona una base para que los encargados de las políticas a nivel mundial aborden la situación, según Randi Hjalmarsson, profesor de economía de la Universidad de Gotemburgo.
“Ella nos ha demostrado que este es el resultado atribuido a la maternidad: que los hombres y las mujeres que se gradúan, digamos en títulos de alto nivel como un MBA, tienen el mismo salario al principio”, dijo en una entrevista después de anunciar el premio. “Y van de la mano en los salarios hasta que, de repente, la mujer tiene un bebé, y ahí es cuando surge la brecha en los ingresos”.
Goldin combinó métodos innovadores en la historia económica con un enfoque económico, demostrando que la oferta y la demanda de mano de obra femenina han estado históricamente influenciadas por sus oportunidades de combinar trabajo remunerado y familia, decisiones relacionadas con la educación y la crianza de los hijos, innovaciones técnicas como la píldora anticonceptiva, leyes y normas, y la transformación estructural de la economía.
También reveló “un hecho histórico nuevo y sorprendente: antes del auge de la industrialización en el siglo XIX, las mujeres tenían más probabilidades de participar en la fuerza laboral”, dijo la academia. Esto se debió en parte a que “la industrialización hizo más difícil para muchas mujeres casadas trabajar desde casa y así combinar trabajo y familia”, en comparación con la vida en la granja familiar.
Alrededor del 50% de las mujeres trabajan o buscan activamente trabajo para obtener ingresos, en comparación con el 80% de los hombres, dijo la academia. Las diferencias de género en la participación están impulsadas fundamentalmente por la variación en las tasas de participación de las mujeres: las tasas de participación de los hombres son en general constantes a lo largo del tiempo y de los países.
En toda la OCDE, las mujeres ganan en promedio un 13% menos que los hombres, afirmó. Las mujeres tienden a trabajar en empleos con menos posibilidades de ascenso y están muy insuficientemente representadas en los consejos de administración de empresas o como directoras ejecutivas.
La diferencia salarial entre hombres y mujeres podría reducirse si los empleadores permitieran al personal más flexibilidad a la hora de elegir su horario laboral, dijo Goldin en 2014 en un discurso ante la American Economic Association. Las brechas salariales son menores en industrias con horarios más flexibles, como la atención médica y la tecnología, dijo.
Traducido por Paulina Steffens.
Nota Original:Goldin Awarded Economics Nobel Prize for Gender-Gap Work (3)
--Con la colaboración de Tom Hall, Ott Ummelas, Love Liman y Rich Miller.
More stories like this are available on bloomberg.com
©2023 Bloomberg L.P.