Río de Janeiro, 9 oct (EFE).- Cerca de 1.000 policías fueron desplegados este lunes en tres de las favelas más violentas de Río de Janeiro en un megaoperativo con el que las autoridades buscan atrapar a cabecillas del Comando Vermelho, una de las organizaciones criminales más peligrosas de Brasil, informaron fuentes oficiales.
Las acciones se desarrollan en el Complexo da Maré, Vila Cruzeiro y Cidade de Deus, donde los agentes buscan cumplir 100 órdenes de captura, según dijo en una rueda de prensa el secretario de la Policía Civil del estado de Río de Janeiro, José Renato Torres.
Vecinos de las comunidades relataron en las redes sociales que se registraron intensos tiroteos desde la madrugada que obligaron a cerrar escuelas y centros de salud y, hasta el momento, se desconoce si se han registrado muertos o heridos durante las acciones.
Las autoridades señalaron que dos helicópteros fueron alcanzados por tiros y tuvieron que aterrizar de emergencia, pero sin que se registraran heridos.
En el Complexo da Maré, un gigantesco y peligroso conglomerado de 16 favelas en el norte de Río, EFE pudo constatar el desmantelamiento de un depósito de producción de drogas y artefactos explosivos. Cuatro personas fueron detenidas, según las autoridades.
En Vila Cruzeiro, los criminales armaron barricadas y quemaron objetos para dificultar el acceso de los uniformados.
El megaoperativo hace parte de una ofensiva policial anunciada a finales de septiembre por el gobierno de Río para devolver la seguridad a los habitantes a esas comunidades, pero también es una respuesta al asesinato de tres médicos el jueves pasado en un quiosco a orillas de la playa del lujoso sector de Barra de Tijuca.
Las favelas donde se desarrolla la operación son controladas por el Comando Vermelho, una facción criminal cuyos miembros, según la Policía, estuvieron involucrados en la muerte de los tres galenos la semana pasada.
Los médicos que habían viajado desde São Paulo para asistir a un congreso internacional de ortopedia, al parecer fueron acribillados a tiros por error, en medio de una disputa de territorio entre bandas de narcotraficantes y grupos paramilitares.
Según la principal hipótesis de las autoridades, Perseu Almeida, uno de los médicos que departía en el lugar, habría sido confundido con un miembro de una banda criminal.