¿Por qué los árbitros ingleses buscan ingresos extra en Emiratos Árabes?

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Londres, 6 oct (EFE).- Un árbitro en España puede ganar hasta 300.000 euros al año. Un inglés, percibe más de 80.000, casi cuatro veces menos. Los 'árbitros Premier' buscan un salario extra entre semana en Emiratos Árabes Unidos. Una polémica de la semana pasada ha abierto el debate. ¿Es compatible? Se pueden llegar a cruzar intereses árabes en la competición.

El día antes del Tottenham Hotspur-Liverpool, Darren England y Dan Cook, que tenían que dirigir el VAR de ese encuentro, se encontraban volviendo en un avión de Emiratos Árabes Unidos. Ahí habían estado arbitrando un encuentro entre el Sharjah y el Al-Ain el jueves, es decir, dos días antes de que se tuvieran que desplazar a Stockley Park, en Londres, para supervisar el partido más importante de la jornada.

Lo ocurrido en esa cabina en las afueras de Londres ya es historia de la Premier League. En el minuto 34, con el Liverpool con un jugador menos, Luis Díaz culmina un contraataque con un golazo. El árbitro asistente del encuentro levantó rápidamente la bandera y lo anuló por fuera de juego. El colombiano ni siquiera protestó en exceso la acción.

A la tribuna de prensa llegaron las primeras repeticiones. Sin líneas tiradas, la sensación era de que era gol legal. Un aficionado, cercano a los sitios de los periodistas, se acercó y preguntó. "Lo van a revisar, está en posición reglamentaria", respondieron. Pero casi sin tiempo para acabar la frase, se corroboraba el fuera de juego y Simon Hooper, el colegiado, apremiaba al Tottenham para que siguiera el partido.

Habían transcurrido apenas 30 segundos y en los videomarcadores del estadio aún estaba la señalización de que se estaba revisando la jugada. Inusual. Algo había pasado. Algo había ido mal. Mientras tanto, la televisión no mostraba las líneas que juzgasen con precisión el fuera de juego o no de Díaz. Otro error del VAR, no el primero, pero sí uno de los que más resonancia iba a tener. Más incluso que cuando el Arsenal, la temporada pasada en medio de la carrera por la liga, perdió dos puntos porque el VAR dio al Brentford un gol ilegal, ya que se equivocó de jugador a la hora de tirar las líneas.

Lo que ocurrió en la cabina de Stockley Park es uno de los grandes fallos de la tecnología. Ahí, England vio la jugada, pidió al operador que la repitiera y decretó que era gol legal, pero cometió un error.

No se dio cuenta de que en el campo se había pitado fuera de juego, creía que lo habían dado como gol legal, por lo que al decir "Chequeo completo", confirmó el fuera de juego. En el campo no supieron hasta después del encuentro lo que había ocurrido. England ni siquiera preguntó a Cook por una segunda opinión, y fue Cook el que, con el partido ya reanudado, intentó que se volviera a parar el encuentro y se diera el gol, pero ya era demasiado tarde. El protocolo establece que una vez se reinicia el juego, no hay marcha atrás. Una decisión arcaica dentro de una tecnología que prácticamente está en pañales.

Es imposible achacar al 100 % el error al posible cansancio arrastrado por England y Cook, que estaban 48 horas antes en un vuelo procedente de Oriente Medio, pero sí abre el debate en Inglaterra de si hay que regularizar o no estos trabajos de "freelance" de los árbitros.

En este contexto, hay que entender que los árbitros ingleses no son los que más ganan de Europa, al contrario. El español Mateu Lahoz ganó en 2022 más de 300.000 euros, mientras que un árbitro de Premier se lleva entre 38.500 libras y 42.000 libras al año -varía en función de la experiencia-, más las 1.150 libras adicionales por encuentro. El máximo no supera las 70.000 libras -80.771 euros-.

Aquí entran en juego ligas como la de Emiratos Árabes Unidos y la de Arabia Saudí, especialmente esta última, que dado el pelotazo que ha pegado con la contratación de futbolistas, ahora quiere tener también a los mejores árbitros.

¿El problema? No solo el cansancio, también las implicaciones que tiene que England, Cook y Michael Oliver, uno de los más reconocibles, además de otros, decidan ir a estos países a lucrarse. Porque Sheikh Mansour, primer ministro de EAU, es dueño del Manchester City, además de que Khaldoon Al-Mubarak, presidente del City, está en la junta de accionistas de la compañía de petróleo de EAU, que, curiosamente, es el principal patrocinador de la liga del país.

Los vínculos prosiguen en Arabia Saudí, donde Howard Webb, principal dirigente del PGMOL, trabajó durante varios años para la federación saudí.

Webb, que fue quien arbitró la final entre España y Holanda en el Mundial de 2010, permitió que Michael Oliver oficiase, por ejemplo, el duelo entre el Al-Nassr y el Al-Hilal en abril, además de abrir la puerta a los ingleses arbitrando en Grecia.

La relación de Arabia Saudí con la Premier no acaba ahí, claro, ya que PIF, el fondo inversor de Arabia Saudí, es el dueño del Newcastle United.

Esto abre una serie de cuestiones en cuanto a integridad, al recibir pagos de países con vínculos con equipos de la Premier League, que el PGMOL y la Premier League tendrán que hacer frente y de la que ya están preocupados.

Al liberar el audio del gol anulado a Luis Díaz, el PGMOL aseguró que trabaja junto a la FA en revisar su política de dejar a árbitros que trabajen fuera de las fechas FIFA o UEFA.

Quizás una de las soluciones, antes que la prohibición de actividades extracurriculares, sea mejorar las condiciones de un colectivo que hace frente a quejas y críticas cada semana y que está en peligro de extinción, especialmente en las categorías inferiores.

Porque los árbitros del fútbol base están acostumbrados a las agresiones verbales y físicas y en el Reino Unido ha habido ya varias huelgas en los últimos años, con el fin de atajar un problema que no para de crecer y que provoca que ser colegiado sea aún una profesión de riesgo. Más aún cuando Oriente Medio llama a tu puerta.

Manu Sánchez Gómez

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