La tensión geopolítica traerá inseguridad alimentaria y energía limpia más cara, según el FMI

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Washington, 3 oct (EFE).- Una mayor inseguridad alimentaria en los países de bajos ingresos o un coste más alto de la transición a la energía limpia son dos de las consecuencias que tendrá la cada vez mayor fragmentación geopolítica, advirtió este martes el Fondo Monetario Internacional.

La invasión rusa de Ucrania en 2022 provocó la fragmentación de los principales mercados de productos básicos y las continuas tensiones geopolíticas "podrían empeorar las cosas", alertó el Fondo en un capítulo de su último informe de perspectivas económicas (WEO, en inglés) publicado hoy.

Un aumento de la fragmentación, calcula el fondo, podría traer pérdidas de producción a largo plazo que oscilan entre el 0,2 % y el 12 % del PIB mundial por la restricción del flujo internacional de bienes y servicios, finanzas y tecnología.

Los mercados de productos básicos son particularmente vulnerables a la fragmentación, ya que la producción de materias primas suele estar muy concentrada y muchas de ellas son difíciles de sustituir en el corto plazo. Esto hace que haya una gran volatilidad de precios en los productos básicos.

Las perturbaciones comerciales derivadas de la inestabilidad internacional podrían tener, por tanto, “efectos económicos sustanciales” en las economías dependientes de las materias primas.

Gracias a los "efectos compensatorios" entre los países productores y consumidores, señala el FMI, los costos económicos globales serán generalmente “modestos”.

Sin embargo, los países de bajos ingresos con una gran dependencia de las importaciones agrícolas “se verían afectados de manera desproporcionada”, lo que generaría "preocupaciones en materia de seguridad alimentaria".

Otra de las consecuencias de la fragmentación geopolítica es la división de los mercados de minerales, que podría hacer que la transición a la energía limpia sea “más costosa” y “dar lugar a una inversión menor de la necesaria en energías renovables y vehículos eléctricos”.

Estos hallazgos, señala el Fondo, son "un argumento más" a favor de la cooperación multilateral en políticas comerciales. "Como mínimo, los acuerdos sobre un corredor verde para minerales críticos y un corredor alimentario salvaguardarían los objetivos globales de evitar el cambio climático y la inseguridad alimentaria”, apunta.

Desde el final de la Guerra Fría, explica el FMI, los mercados de productos primarios se han integrado como resultado de la liberalización comercial y la innovación tecnológica, y esto ha causado que haya una disminución de los costos de transporte.

Estos mercados integrados de productos básicos han proporcionado insumos baratos que "han respaldado el crecimiento global" y, "ayudado a elevar los niveles de vida, especialmente en los mercados emergentes".

"Sin embargo, la guerra en Ucrania revirtió este proceso y por primera vez desde la década de 1970, productos básicos como el petróleo crudo, el gas natural y el trigo se utilizaron ampliamente para ejercer presión en un conflicto", explica el organismo.

Las perturbaciones en el comercio de materias primas contribuyeron al aumento de la inflación en 2022 en muchas partes del mundo, a la inseguridad alimentaria en los países de bajos ingresos y a un crecimiento global más lento.

"Si bien los precios de la mayoría de las materias primas se han normalizado desde entonces, las tensiones geopolíticas indican que una fragmentación más severa del comercio de materias primas es un riesgo importante”, alerta el FMI.

La fragmentación que se está produciendo se ve, por ejemplo, en el hecho de que muchos países están tratando de relocalizar las cadenas de suministro de materias primas por razones de seguridad nacional, geopolíticas o de otro tipo.

Esto se ve en la existencia de leyes nacionales en esta dirección, entre ellas la Ley de Reducción de la Inflación de Estados Unidos, la Ley de Chips Europeos y las restricciones a las exportaciones de galio y germanio de China.

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