Lisboa, 22 sep (EFE).- Cientos de profesores y personal no docente marcharon este viernes por las calles de Lisboa para exigir mejores condiciones de trabajo, defender la escuela pública y mostrar "tarjeta roja" al Gobierno, con una manifestación que puso el cierre a una semana de huelgas en los colegios.
Tras un curso pasado marcado por las protestas y las paralizaciones, docentes de norte a sur del país volvieron a la capital para la primera marcha de este año lectivo, convocada por el Sindicato de Todos los Profesionales de la Educación (STOP) para pedir respuestas al Ejecutivo socialista.
"Seguimos en la lucha porque queremos respuestas y soluciones concretas", dijo a EFE el líder de STOP, André Pestana, quien acusó al Gobierno de "fingir" que negocia con los sindicatos del sector, pero sin entablar conversaciones reales.
Los manifestantes se concentraron frente a la Presidencia del Consejo de Ministros, que irónicamente está localizada en una calle con nombre de docente, Profesor Gomes Teixeira, y caminaron en una ruidosa marcha hasta la Asamblea de la República.
Entre silbidos y gritos de "Dimisión", "No paramos" y "Respeto por la escuela", muchos de ellos empuñando tarjetas rojas, clamaron contra la precariedad que viven los profesionales de la educación.
"Precario desde hace 20 años", denunciaba en su pancarta Rui Garcia, un portugués de 57 años que todavía no tiene plaza fija pese a su larga carrera en las aulas y que, por ello, sigue cobrando el sueldo de entrada en la profesión.
"El salario no llega, es insuficiente", aseguró en declaraciones a EFE, en las que explicó que recibe en torno a 1.100 euros y este año trabaja a 450 kilómetros de casa tras conseguir una plaza de interino en Elvas -junto a Badajoz, en la frontera con España-.
Pero los problemas se extienden también a los que tienen plaza fija desde hace años, como Hortensia, profesora de español en un colegio de Chaves (norte).
"Tenemos muy malas condiciones de trabajo. Muchos alumnos, falta de condiciones materiales, también a nivel curricular. Todo está mal y cada vez peor", refirió a EFE.
La falta de docentes se agudiza cada año en el país, donde unos 100.000 alumnos empezaron las clases la semana pasada con al menos una asignatura sin profesor, según los sindicatos.
El ministro de Educación, João Costa, aseguró este viernes en el Parlamento que el 98 % de los estudiantes ya tienen a todos sus profesores, tras las asignaciones de plazas de los últimos días.
Costa protagonizó muchos de los cánticos de los manifestantes, que lo identificaron como el culpable de la falta de respuestas y pidieron su dimisión.
El primer ministro luso, António Costa, fue otro de los recordados durante la marcha, en la que volvieron a aparecer los carteles que lo caricaturizaban con nariz de cerdo y lápices en los ojos y que causaron polémica hace meses.
El propio jefe del Gobierno, de ascendencia goesa (India), dijo entonces que le parecían "racistas".
Cuando la manifestación llegó a la altura del Palacio de São Bento, residencia oficial del primer ministro, los profesores se arrodillaron con el puño en alto para entonar el Grândola Vila Morena, símbolo de la Revolución de los Claveles.
Los docentes exigen también recuperar los seis años, seis meses y 23 días de antigüedad que tienen congelados y que, por tanto, no se tienen en cuenta para actualizar sus salarios.
Tras la marcha de este viernes, prometen más lucha. "Esto básicamente es para calentar los motores del año lectivo", garantizó Pestana desde el sindicato STOP.