La coca cede espacio al maracuyá y al moriche en la Amazonía colombiana

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San José del Guaviare (Colombia), 3 ago (EFE).- Los cultivos de maracuyá se convirtieron en el paisaje principal de la ribera del río Guayabero, en el sur de Colombia, donde antes la hoja de coca era lo único que la vista alcanzaba a ver, mientras más allá de la orilla, el moriche, un fruto amazónico, se abre paso para poner en valor la Amazonía colombiana y dar sustento a una comunidad.

En La Carpa, una vereda en la zona rural de San José del Guaviare, capital del departamento que abre la puerta a la Amazonía colombiana, sus habitantes se cansaron de la coca y le apostaron sin dubitaciones a cultivos lícitos, como el maíz o la yuca, pero encontraron en el maracuyá una joya que les permite seguir en la legalidad y obtener recursos suficientes para vivir.

Unas 380 familias que antes vivían de la producción de coca trabajan ahora en estos productos en una "zona muy productiva" de la ribera del Guayabero, donde las "tierras son muy nutritivas y los cultivos muy buenos", explicó a EFE la representante legal de la Asociación de Productores y Comercializadores Agrícolas de La Carpa (Asocarpa), Yesid Pereira.

En ese sentido, la iniciativa pública "Corazón de la Amazonía", impulsada por el Banco Mundial, tiene un rol fundamental, ya que busca contribuir a la sostenibilidad ambiental, cultural y económica de la Amazonía colombiana a través de acciones estratégicas que garanticen un desarrollo sostenible para darle un uso eficiente al suelo de la mano de la diversificación de la productividad y teniendo en cuenta lo que el bosque en pie produce.

De esta forma, se busca evitar la expansión de la frontera agropecuaria y no afectar ecosistemas claves para la protección del agua.

Y en la ribera del Guayabero son conscientes de que habitan un lugar privilegiado: están rodeados por el Parque Nacional Natural Serranía de La Macarena, el Parque Nacional Natural Serranía de Chiribiquete y la Serranía de La Lindosa. Por eso, con la ayuda de "Corazón de la Amazonía", también están promoviendo la creación de una área protegida regional en las 14 veredas que pertenecen a San José.

AMAZONÍA AGROAMBIENTAL

Pero este oro pepiteado que es el maracuyá no es el único protagonista de estos proyectos agroambientales, el foco también está puesto en los frutos amazónicos y en el papel que pueden jugar en la conservación y el desarrollo de una economía sostenible.

Uno de ellos es el moriche, una palma "excepcional distribuida en toda la Amazonía a la que las comunidades llaman 'árbol de vida'", dijo a EFE Víctor Sánchez, gerente de ComGuaviare, una cooperativa multiactiva de jóvenes del Guaviare que se dedica al uso y al aprovechamiento sostenible de los recursos naturales.

Este fruto se vio afectado durante años en este departamento debido a la "introducción de la ganadería no sostenible", pero, "a partir del uso tradicional y de su importancia", esta cooperativa creó una estrategia para aprovecharla de forma sostenible y para promover su conservación.

Para esto han logrado construir una planta de transformación que convierte el moriche en varios productos, principalmente aceite, pero también en harina, con la que hacen galletas.

"Estamos a punto de desarrollar el tema comercial que cristaliza una economía basada en la biodiversidad del departamento", contó Víctor, cuya esposa también está inmersa en este proyecto.

Hasta su hija de tres años es una fiel creyente de la conservación en el territorio y sabe diferenciar todos los animales que han llegado desde que se instauró el cambio de mentalidad, incluso jaguares que han logrado captar en cámaras trampa.

Además, han logrado crear un "ciclo completo" ya que las semillas que no se aprovechan en la planta, se germinan en un vivero que, a punta de esfuerzo, se ha convertido en ejemplo para todo el departamento.

ComGuaviare, que agrupa a 25 jóvenes y beneficia a 100 familias, tiene mucha más ambición. Tienen proyectos de apicultura, sistemas agroforestales con copoazú y cocona, otros frutos amazónicos.

Actualmente, también hay siete personas que están en campo en coordinación con el Instituto Sinchi y con la corporación ambiental de Guaviare, socios de “Corazón de la Amazonía”.

Para estas iniciativas, “Corazón de la Amazonía” provee a los beneficiarios de todos los insumos que se requieran para el establecimiento de estrategias de conservación y un reconocimiento económico por las actividades que llevan a cabo.

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