Madrid, 11 jul (EFE).- El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, viaja este martes a Lituania para participar en su sexta cumbre de la OTAN, en la que respaldará el apoyo sin fisuras a Ucrania aunque considera que el momento actual aún no es el de la adhesión de este país a la Alianza.
Tras participar la noche pasada en el debate cara a cara con el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, para las elecciones generales del 23 de julio, Sánchez se desplaza a primera hora de la mañana a Vilna, la capital lituana, para participar en las sesiones de la cumbre de la OTAN.
Una cita en la que reiterará la necesidad de seguir manteniendo hasta el final de la invasión rusa el apoyo a Ucrania, cuyo presidente, Volodímir Zelenksi, se reunirá en persona con los jefes de Estado y de Gobierno de la OTAN.
Ucrania desea su adhesión a la OTAN, aunque reconoce la dificultad que conlleva la situación actual, y el secretario general de la organización, Jens Stoltenberg, dijo este lunes que los aliados estudian reducir de dos a un solo paso ese proceso, por lo que el Gobierno ucraniano no tendría que participar en un programa de varios años para demostrar que ha llevado a cabo las reformas militares, económicas y políticas necesarias para unirse a la alianza militar.
Por ahora, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha señalado que Ucrania no está preparada para la adhesión a causa de la guerra pero también de que debe cumplir otros requisitos como el de mayor democratización.
En esa línea, fuentes del Gobierno subrayan que España es partidaria de la política de puertas abiertas de la OTAN pero consideran que, con una guerra, no es el momento más propicio para fijarse una fecha concreta.
En la cumbre de Lituania sí se prevé aprobar más ayuda militar a Ucrania e incrementar la relación política entre la OTAN y Kiev.
De otra adhesión más cercana se hablará en la cumbre, la de Suecia, después de que Stoltenberg anunciara este lunes que Turquía levantaba su veto para la incorporación de Suecia tras una reunión con el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, y el primer ministro sueco, Ulf Kristersson.
Sánchez reiterará el compromiso de España de llegar en 2029 al 2% del PIB destinado al gasto en defensa, pero haciendo hincapié en que la contribución de un país a la Alianza debe medirse no sólo por ese porcentaje sino por todas las contribuciones de cada estado a la seguridad colectiva.
Según los datos hechos públicos esta semana por la OTAN, España destinará al gasto militar el 1,26 % de su PIB en 2023, lo que la sitúa como el tercer país que menos invierte en defensa en términos relativos, solo por detrás de Bélgica y Luxemburgo.
El Gobierno confía en que en la cumbre de Vilna , que considera una continuación de la que se celebró el año pasado en Madrid, se acuerde una estrategia clara para hacer frente a la inestabilidad y amenazas que plantea el Sahel.
Sánchez volverá a coincidir en una cumbre internacional con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, con quien se entrevistó en la Casa Blanca el pasado 12 de mayo.
Es previsible que durante el desarrollo de la reunión haya alguna conversación entre ambos aunque no hay un encuentro oficial previsto de carácter bilateral.
La de Vilna es la sexta cumbre de la Alianza a la que asiste el presidente del Gobierno, quien acudió por vez primera a la que se celebró en 2018 en Bruselas.
Al año siguiente estuvo presente en la de Watford (Reino Unido), y en 2020 no hubo debido a la pandemia de coronavirus.
Bruselas volvió a acoger la de 2021 y la que de carácter extraordinario se convocó en marzo de 2022 debido a la invasión rusa de Ucrania.
La última hasta ahora en la que participó Sánchez fue en la que actuó de anfitrión, en Madrid, en junio del año pasado.
En la seguridad de la cumbre de Vilna participará directamente España ya que una batería de misiles antiaéreos Nasams, que se encuentra desplegada en Letonia, defenderá los cielos de Lituania durante el desarrollo de la cita de los líderes de la Alianza.