Bogotá, 2 jul. El periodista y cronista argentino Martín Caparrós dio este domingo una clase magistral en el último día del XI Festival Gabo, que este año abordó temáticas tan diferentes como la inteligencia artificial o la regresión autoritaria en Centroamérica y sus consecuencias para el oficio, del que recordó: "No hay una sola forma de hacer periodismo indispensable".
Caparrós copó el escenario del auditorio del Gimnasio Moderno de Bogotá, silenciado antes las palabras del "sabio", donde aprovechó la ocasión para reproducir una parte de su discurso de aceptación del Premio Ortega y Gasset a la Trayectoria Profesional, en marzo pasado, en el que hace una ferviente defensa de su oficio y del de los asistentes, el periodismo.
El maestro argentino hizo un repaso de su exitosa y alabada carrera, desde sus inicios hasta el exilio o la duplicidad que han tenido literatura y periodismo en su vida, con las que ha caminado de la mano a lo largo de décadas. Al respecto, aseguró que "el buen periodismo es un género literario".
"No me interesa provocar, sí me interesa mirar de otra manera", dijo Caparrós, considerado un referente del periodismo ya que en sus libros rompe con los moldes del arte de narrar, lleva al límite "las ganas de ser fullero con las formas consagradas", como él mismo dice.
En la charla con la periodista colombiana María Teresa Ronderos, el autor de "El hambre", "Ñamérica", "Larga distancia" o "Valfierno" hizo una defensa del español y de la belleza de todas sus formas de hablarlo al confesar que él hace uso de los diferentes acentos -el argentino, el castellano o incluso el colombiano- para contar sus historias.
Sobre la actualidad y la realidad, Caparrós consideró que "el problema no es que las personas no distingan" las noticias reales de las creadas por tecnología, sino que "muchas veces las estamos entrenando para preferir lo 'químico'".
ÑAMÉRICA
Al ser preguntado por "Ñamérica", uno de sus grandes éxitos y sobre la situación de América Latina, Caparrós se mostró muy "tranquilo", pues "en tiempos en los que vuelve el requerimiento de las purezas -algo que pensaba que no iba a volver a pasar-, que seamos mezcla es un antídoto que nos va a salvar de eso".
"Estamos hechos de mezcla, somos mezcla", insistió el argentino, quien también explicó que, tras caminar varias ciudades latinoamericanas, se dio cuenta de que "uno de los grandes clichés es aquel que piensa América Latina como un lugar de la naturaleza (...) y en cambio en este momento somos la región del mundo con mayor proporción de población urbana".
Sobre su futuro, Caparrós adelantó que tiene terminados dos libros, el primero de ellos verá la luz en octubre y es "un intento de ver cómo es el mundo ahora", mientras que del segundo solo adelantó que está previsto que se publique en febrero del próximo año.
Caparrós terminó su lección con un mensaje para unos alumnos deseosos de aprender de él: "El gran truco es dar dos pasos para atrás que te permita ver las cosas de un modo distinto".
Este primer domingo de julio el Festival Gabo puso su punto final a la crónica de su XI edición en Bogotá, que por segundo año consecutivo acogió a uno de los festivales más importantes del periodismo iberoamericano, y que reunió, como cada año, a informadores de una decena de países.
Inteligencia Artificial (IA), pódcasts y una defensa de la libertad de prensa marcaron la tónica de esta fiesta del periodismo que este año tuvo invitados como Rodrigo García Barcha, Leila Guerreiro, José Carlos Zamora -hijo del perseguido periodista guatemalteco José Rubén Zamora-, el propio Caparrós y el poeta Luis García Montero, director del Instituto Cervantes, entre otros.
El que para Gabriel García Márquez era "el mejor oficio del mundo" tendrá que esperar otro año para volver a reunirse y festejar su singularidad con el Festival Gabo, que incluye la entrega del Premio Gabo en las categorías de Texto, Fotografía, Cobertura, Imagen y Audio.