París, 27 jun. Los presos pasan en España más del doble de tiempo entre rejas que la media europea, como reflejo sobre todo de unas penas más largas, y eso con una tasa de encarcelamiento que es similar al del conjunto del Viejo Continente.
En su informe anual sobre estadísticas carcelarias publicado este martes, el Consejo de Europa explica que el periodo de encarcelamiento es de 18,2 meses de media en las prisiones de Cataluña (que tiene competencias propias) y de 20,5 en el resto de España, cuando en el conjunto de los países miembros se limita a 8,5 meses.
Sólo son más largos los periodos de encarcelamiento medios en Portugal (30,6 meses), Ucrania (27,9), Moldavia (27,7), Azerbaiyán (27,2), República Checa (23,5) y Rumanía (23,1).
En el extremo opuesto, los presos pasan de media únicamente 1,3 meses entre rejas en Chipre y 1,8 en Suiza.
Marcelo Aebi, uno de los autores del estudio, explica a EFE que, en términos comparativos, las penas son más largas para muchos delitos en España, aunque al mismo tiempo en algunos países nórdicos se imponen un mayor número de decisiones de encarcelamiento, pero por periodos más breves.
Cataluña destaca por ser una de las administraciones penitenciarias europeas en las que hay una mayor proporción de reclusos extranjeros, en concreto un 48 %, es decir, casi el doble de la media europea, que es el 25 %.
Las cifras son todavía más elevadas en Suiza (70 %), Grecia (59 %), Chipre (52 %), Austria (49 %) y Malta (49 %).
En el resto de España, la proporción es del 27 %, similar a la de Alemania (26 %), Dinamarca (27 %) o Italia (31 %).
Aebi señala que la tasa de extranjeros entre la población de reclusos tiene que ver en parte con la proporción de inmigrantes que viven en un país (particularmente baja en los países del este de Europa, que pierden población), pero también con la población flotante que es especialmente numerosa en grandes ciudades como Barcelona.
El pasado año, el fin de las medidas de confinamiento contra la covid-19 acarreó un repunte del 2,3 % en la tasa de encarcelamiento, después de la caída de 2020.
Ese aumento fue casi inapreciable en Cataluña (0,1 %) y del 1,6 % en España, progresiones muy alejadas del 23 % en Eslovenia, del 15 % en Francia o también del 15 % en Finlandia.
A fecha del 31 de enero de 2022, había en las cárceles españolas 55.095 internos, de los cuales 7.670 en Cataluña y 47.425 en las otras comunidades autónomas. Eso da una tasa de 102 en Cataluña por cada 100.000 habitantes y de 121 en el resto de España, cuando la media europea es de 117.
Todo eso muestra que en España, donde se produjo una reducción bastante importante de la población reclusa con el coronavirus, no se ha producido un rebote de la misma magnitud que en otros países.
De hecho, las prisiones no sufren los mismos procesos de exceso de ocupación que se dan en países donde hay más presos que plazas: es lo que ocurre en Italia (107 reclusos por cada 100 plazas), Grecia (108), Turquía (113), Bélgica (115), Francia (115), Chipre (118) y Rumanía (124).
En Cataluña, hay 75 internos por cada 100 plazas de prisión y en el resto de España 72.
Las mujeres suponen en toda Europa un 5 % de la población reclusa, una cifra que varía de máximos del 9,5 % en Chipre, del 8,6 % en Malta, del 8,4 % en Letonia o del 7,2 % en España (excluyendo Cataluña) a mínimos del 1,2 % en Albania, del 2,8 % en Azerbaiyán o del 2,9 % en Armenia. EFE
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