Por Joan Faus, Nacho Doce y Charlie Devereux
VACARISSES, España (Reuters) - En la década de 1970, muchos habitantes de Vacarisses, cerca de Barcelona, se sintieron atraídos por el sueño de casas en el extrarradio con amplios jardines y piscinas para descansar durante los largos y calurosos veranos.
Pero ahora ese estilo de vida se ve amenazado por una grave sequía que obliga a las autoridades a adoptar medidas cada vez más estrictas para conservar el agua, entre ellas restricciones para llenar las piscinas.
Una ley que entrará en vigor en los próximos días prohibirá a los residentes de la región nororiental de Cataluña, incluida Vacarisses, llenar las piscinas vacías, a pesar de que una primavera anormalmente cálida sugiere que el próximo verano será igual de feroz que el del año pasado, uno de los más calurosos jamás registrados. La ley no se aplicará a las piscinas públicas ni a los hoteles.
La gestión del agua se está convirtiendo en un tema candente a medida que España se prepara para las elecciones regionales y municipales de este mes y para las generales a finales de año, mientras los agricultores y otras industrias compiten por un recurso cada vez más escaso.
España tiene una piscina por cada 37 habitantes.
En Vacarisses, un pueblo disperso de más de una docena de urbanizaciones con vistas a la cordillera de Montserrat, los residentes se preparan para otro verano difícil después de soportar cortes de agua de 16 horas el año pasado cuando los acuíferos se secaron. El alcalde, Antoni Masana, calificó de "medida necesaria" la restricción de las piscinas y subrayó que la ciudad había trabajado para perforar nuevos pozos.
"Nos encontramos en una situación de cambio climático que hace que cada vez llueva menos, haya menos agua. Lo que tenemos que hacer es replantear (el modelo), para mí la frase sería cómo adecuamos el modelo que tenemos a la realidad", dijo Masana.
Cataluña es una de las regiones más secas de España, con algunos embalses al 7% de su capacidad. Este mes de abril ha sido el más cálido y seco en España desde que se tienen registros en 1961, según la agencia meteorológica AEMET.
ESTIGMATIZACIÓN INJUSTA
Vacarisses ha adquirido notoriedad regional por su cantidad de piscinas. Con una población de 7.000 habitantes y más de 1.500 piscinas registradas, hay una por cada cinco residentes, aunque en la leyenda urbana esa cantidad se ha multiplicado.
"Vas a cualquier sitio, a hacer la compra, dices 'vivo en Vacarisses' y te dicen 'sois los de las 30.000 piscinas', una cosa que se ha extendido de una forma que molesta, ese mote que te han puesto encima, como si fuéramos unos grandes consumidores de agua, como si tuviéramos la culpa de tanto consumo de agua", cuenta Antonia León García, vecina de la localidad.
Aunque su piscina lleva vacía cinco años, desde que sus hijos se hicieron mayores, García, de 61 años, dice que el pueblo ha sido estigmatizado injustamente por el tema.
Explica que la mayoría de las piscinas rara vez se rellenan y, si lo hacen, normalmente es con agua traída en camiones desde fuera de la ciudad.
Las piscinas se utilizan como chivo expiatorio de la falta de una política coherente del agua en España, añade, afirmando que las autoridades deberían invertir en más plantas desalinizadoras y depuradoras para complementar los acuíferos y embalses.
Gonzalo Delacámara, director del Centro del Agua y Adaptación al Cambio Climático del Instituto de Empresa de Madrid, comparte esta opinión.
Mientras que el uso de agua para llenar piscinas durante una sequía es irresponsable, la mayor parte de los recursos hídricos de España se los lleva el sector agrícola, que representa el 70% del uso de agua, dice.
Según Delacámara, España carece de políticas centralizadas de gestión del agua que puedan incentivar a los agricultores a utilizar para el riego agua desalada, más cara, y las decisiones sobre las tarifas del agua recaen en los ayuntamientos.
Es un sistema "susceptible a modificaciones muy obscenas en periodos preelectorales donde los alcaldes del país prometen agua más barata en un contexto de cambio climático y sequía", añade.
AUGE CONSTRUCTOR
En la isla de Mallorca se construyeron una media de 17 piscinas a la semana, es decir, 880 al año, entre 2015 y 2021, según un estudio de la ONG ecologista Terraferida.
Macià Blázquez, profesor de geografía de la Universitat de les Illes Balears, afirma que la proliferación de piscinas está vinculada al auge inmobiliario de segundas residencias, principalmente para los europeos del norte.
Para frenar esta tendencia, el gobierno balear limitó en diciembre la construcción de nuevas piscinas en el campo a una por vivienda y con un límite de volumen de agua.
En Cataluña, la nueva ley hizo una excepción para las piscinas públicas, o las situadas en hoteles o grandes complejos de edificios, tras la presión de los alcaldes, que argumentaron que las piscinas públicas actúan como "refugios climáticos" en un país que se espera que experimente veranos cada vez más sofocantes.
Vacarisses, por su parte, sigue vendiendo el sueño de extrarradio. En una parcela vacía a la venta cerca de la casa de García, un anuncio, que muestra una casa con piscina, dice: "Un lugar ideal para construir su futuro".
(Reporte de Joan Faus y Nacho Doce; información adicional de Charlie Devereux y Aislinn Laing; redacción de Joan Faus y Charlie Devereux; edición de Sharon Singleton, editado en español por José Muñoz)