Yaundé, 8 may. Hombres armados no identificados mataron a tiros este domingo al periodista camerunés Anye Nde Nsoh en la región Noroeste, golpeada por el conflicto entre los separatistas anglófonos y el Ejército, informó hoy Amnistía Internacional (AI), que pidió una investigación "imparcial" sobre los hechos.
"Llamamos a las autoridades (de Camerún) a llevar a cabo una investigación eficaz, independiente e imparcial sobre la muerte de Anye Nde Nsoh, periodista asesinado a tiros el 7 de mayo en (la ciudad de) Bamenda, en la región Noroeste", dijo AI en Twitter.
Aunque los detalles de la muerte no están claros ni se conoce el autor del crimen, medios locales reportan que el informador fue abatido a tiros la noche de este domingo, cuando se encontraba en un bar.
Nsoh era el director regional del semanario The Advocate, además de trabajar en varias emisoras de radio locales.
La noticia llegó más de tres meses después del asesinato del periodista Martinez Zogo, locutor de la radio Amplitude FM, cuyo cuerpo sin vida y mutilado fue hallado el pasado 22 de enero tras ser secuestrado cinco días antes en la capital camerunesa, Yaundé.
En su popular programa, Zogo había hablado sobre un caso de supuesta malversación de fondos que involucraba al rico empresario Jean-Pierre Amougou Belinga, propietario de varios medios de comunicación y presuntamente cercano al ministro camerunés de Finanzas, según detalló entonces la ONG Reporteros Sin Fronteras (RSF).
Aunque Camerún cuenta con una larga lista de medios y la libertad de prensa en el país ha mejorado ligeramente durante los últimos años, el trabajo de los periodistas sigue comportando un elevado riesgo.
Esta nación africana figura en el puesto 118 de 180 del índice de libertad de prensa elaborado anualmente por RSF.
Las regiones Noroeste y Suroeste de Camerún -a las que los separatistas denominan Ambazonia- se encuentran inmersas en una crisis desde 2016, cuando profesores y abogados se manifestaron y organizaron huelgas para exigir un uso igualitario del inglés en los tribunales y colegios y una mayor representación en el Gobierno.
En 2017, se convirtió en un conflicto armado intensificado por la negativa del Gobierno del presidente camerunés, Paul Biya, en el poder desde hace más de 40 años, a estudiar ningún tipo de reivindicación, si bien tras el diálogo de paz se aplicaron algunas medidas, como la puesta en libertad de más de 300 separatistas detenidos.
Aunque en Camerún el inglés y el francés son idiomas cooficiales y conviven junto a otras 250 lenguas nativas, el 20 % de la población del país es anglófona, una minoría que se siente marginada y asimilada por el gobierno central francófono desde hace décadas.
Según datos de Canadá, que aseguró el pasado enero haber promovido un diálogo de paz, algo que desmintió el Gobierno camerunés, más de 6.000 personas han muerto en este conflicto y cerca de 800.000 han abandonado sus hogares por temor a la violencia. EFE
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