Por Balazs Koranyi y Francesco Canepa
FRÁNCFORT (Reuters) - El Banco Central Europeo subirá el jueves los tipos de interés por séptima vez consecutiva, en el marco de su larga lucha contra una inflación persistente.
El banco central de los 20 países de la zona del euro ya ha subido los tipos en la cifra récord de 350 puntos básicos desde julio, con la esperanza de frenar el crecimiento desbocado de los precios. Sin embargo, aún quedan años para que la inflación vuelva a su objetivo del 2%, por lo que a los dirigentes monetarios no les queda más remedio que volver a endurecer la política monetaria este mes y, posiblemente, más adelante.
El resultado más probable parece ser una subida de 25 puntos básicos, lo que supone una ralentización después de tres subidas consecutivas de 50 puntos básicos. Sin embargo, no es del todo descartable un aumento mayor, en lo que casi con toda seguridad no será el final de un ciclo histórico de endurecimiento.
El factor decisivo podría ser un consenso entre los dirigentes monetarios respecto a las señales que deben enviar sobre futuras subidas.
Los conservadores partidarios de una línea dura, que ostentan una cómoda mayoría en el Consejo de Gobierno, se inclinan por un aumento mayor.
Sin embargo, han señalado que podrían llegar a un acuerdo sobre una subida menor, siempre y cuando el BCE indique que mayo no es el final de sus subidas, aunque algunos de los otros bancos centrales, en particular la Reserva Federal de Estados Unidos, estén alcanzando sus propios máximos de tipos de interés.
Otra cuestión será la amplitud de la mayoría que la presidenta del BCE, Christine Lagarde, quiere que respalde la decisión.
Muchos de los partidarios de una política monetaria restrictiva podrían aceptar una decisión de menor envergadura con la orientación adecuada, pero es probable que sus colegas partidarios de una política monetaria moderada manifiesten su desacuerdo si la subida es mayor, con lo que el BCE volvería a contar con opiniones dispares, lo que durante años se ha considerado una debilidad.
Parte del equilibrio en el Consejo de Gobierno podría consistir en un acuerdo para poner fin a las reinversiones a partir de julio de la deuda que vence comprada en el marco del Programa de Compra de Activos del BCE por valor de 3,2 billones de euros, un paso modesto que reduciría aún más el abultado balance del banco, aunque el impacto sobre la inflación sería pequeño.
Los mercados calculan entre un 75% y un 80% de probabilidades de que haya un alza de 25 puntos básicos, mientras que la gran mayoría de los economistas encuestados por Reuters también apostaban por una subida menor. Los tipos alcanzarían un máximo del 3,75% en septiembre.
La Reserva Federal de Estados Unidos subió los tipos 25 puntos básicos el miércoles y señaló que podría hacer una pausa en lugar de continuar con nuevas subidas, lo que podría reforzar la tesis de un cambio de ritmo en el BCE.
TODO DEPENDE DE LA INFLACIÓN
Los fundamentos económicos ofrecen argumentos de sobra para ambos bandos, incluso si los argumentos para una relajación parecen multiplicarse.
Entre los factores que justificarían un movimiento menor, la economía de la zona euro apenas creció el trimestre pasado y las cifras de préstamos mostraron la mayor caída de la demanda de crédito en más de una década, lo que sugiere que las anteriores subidas de tipos están empezando a hacer mella en la economía.
Si se agrava, esta contracción del crédito podría convertirse en una crisis crediticia en toda regla, y lastraría un crecimiento que, para empezar, apenas se encuentra en terreno positivo.
El tipo de depósito del BCE, situado en el 3%, ya está limitando la actividad económica, y la inflación subyacente también ha dejado de subir, al menos de momento.
"Desde el punto de vista de la gestión del riesgo, el cambio a 25 puntos básicos daría al BCE la flexibilidad necesaria para hacer frente a los riesgos tanto al alza como a la baja para el crecimiento y la inflación", dijo Davide Oneglia, de TS Lombard. "Por tanto, una subida de 25 puntos básicos no es necesariamente 'flexible'. Por ahora, mantenemos nuestra previsión de un tipo terminal del BCE del 3,75%", añadía.
Los partidarios de una línea dura sostienen que el crecimiento subyacente de los precios sigue siendo demasiado elevado y sugiere que la inflación podría estabilizarse por encima del objetivo del BCE a menos que el banco actúe de forma más agresiva.
Afirman que estos riesgos se ven exacerbados por un mercado laboral con necesidad de mano de obra, sobre todo porque el crecimiento de los salarios ha sido más rápido de lo previsto y la tasa de desempleo ha caído a mínimos históricos a pesar del entorno casi recesivo.
"Seguimos previendo que el BCE suba los tipos 50 puntos básicos esta semana", afirmó Bank of America. "Esto debería conllevar un énfasis en la dependencia de los datos, una indicación de que todavía hay terreno que cubrir, y una señal clara, de nuevo, sobre la necesidad de un movimiento sostenido a la baja en la inflación subyacente para que hagan una pausa en el ciclo de subidas", añadió.
El BCE anunciará su decisión de política monetaria a las 1215 GMT y Lagarde ofrecerá una rueda de prensa a las 1245 GMT.
(Edición de Catherine Evans; editado en español por Flora Gómez)