Biden anuncia su campaña para la reelección en 2024

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ARCHIVO - El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, habla desde la Sala de Tratado de la Casa Blanca el 14 de abril de 2021 sobre la retirada de las tropas restantes de EEUU en Afganistán. (AP Foto/Andrew Harnik, Pool, Archivo)
ARCHIVO - El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, habla desde la Sala de Tratado de la Casa Blanca el 14 de abril de 2021 sobre la retirada de las tropas restantes de EEUU en Afganistán. (AP Foto/Andrew Harnik, Pool, Archivo)

WASHINGTON (AP) — El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunció oficialmente el martes que se presentará a la reelección en 2024, y pidió a los votantes que le den más tiempo para “terminar el trabajo” que empezó cuando asumió el cargo y dejen a un lado sus preocupaciones por renovar otros cuatro años el mandato del jefe de Estado de más edad que ha tenido el país.

Biden, que tendría 86 años al finalizar un segundo mandato, apostaba a que los logros legislativos de su primer mandato y sus más de 50 años de experiencia en Washington contarán más que los reparos sobre su edad. Enfrenta un camino sencillo para obtener la candidatura de su partido, sin rivales demócratas importantes. Aun así, la lucha por retener la presidencia se presentaba complicada en una nación marcada por profundas divisiones.

El anuncio, en un video de tres minutos, se hacía en el cuarto aniversario de la fecha en la que Biden declaró su campaña para la Casa Blanca en 2019 y prometió sanar el “alma de la nación” durante la accidentada presidencia de Donald Trump, un objetivo que se ha mantenido esquivo.

“Dije que estamos en una batalla por el alma de Estados Unidos, y aún lo estamos”, dijo Biden. “La pregunta que enfrentamos es si en los años por venir tendremos más libertad o menos libertad. Más derechos o menos”.

Aunque buscar la reelección era algo que se daba por hecho para la mayoría de los presidentes modernos, ese no ha sido siempre el caso para Biden, ya que una parte importante de los votantes demócratas ha indicado que preferiría que no lo hiciera, en parte por su edad, una preocupación que Biden ha descrito como “totalmente legítima” pero que no abordó de forma directa en su video de presentación.

Sin embargo, pocas cosas han unido a los votantes demócratas como la perspectiva de que Trump regrese al poder. Y la posición de Biden dentro de su partido se estabilizó después de que los demócratas lograran un resultado mejor del esperado en las elecciones de media legislatura. El presidente comenzó su campaña recuperando los temas que impulsaron a su partido el pasado otoño, en especial los esfuerzos para preservar el acceso al aborto.

“Libertad. La libertad personal es fundamental para quiénes somos como estadounidenses. No hay nada más importante. Nada más sagrado”, dijo Biden en el video de presentación, que mostró a los republicanos como extremistas que intentan retirar el acceso al aborto, reducir la seguridad social, limitar el derecho de voto y prohibir los libros con los que discrepan. “En todo el país, los extremistas de MAGA se preparan para arrebatar esas libertades fundamentales”. MAGA es el acrónimo de “Make America Great Again” (devolver la grandeza a Estados Unidos), el lema de campaña de Trump.

“Este no es el momento de confiarse”, añadió Biden. “Por eso me presento a la reelección”. Mientras su campaña empezaba a tomar forma, Biden tenía previsto defender sus logros. Dedicó sus dos primeros años como presidente a combatir la pandemia del coronavirus y aprobar grandes leyes como un paquete de infraestructura con apoyo de los dos partidos, una iniciativa para impulsar la manufactura de alta tecnología y medidas climáticas.

El presidente tiene muchos objetivos y promesas por cumplir de su primera campaña, y pide a los votantes que le den otra oportunidad para conseguirlos. “Acabemos el trabajo. Sé que podemos”, dijo Biden en el video, repitiendo un lema que mencionó una docena de veces durante su discurso sobre el Estado de la Unión en febrero, en el que enumeró desde vetar las armas de asalto o similares, reducir el coste de los medicamentos con receta o establecer un derecho nacional al aborto después de que la Corte Suprema revocara el año pasado el precedente legal del caso Roe contra Wade de 1973. Reforzado por los resultados en las elecciones de media legislatura, Biden tiene previsto seguir afirmando que los republicanos han adoptado lo que describe como políticas “ultraMAGA”, sin importar si su predecesor obtiene la candidatura para 2024.

En el video, se escucha la voz de Biden mientras se ven imágenes de momentos clave de su presidencia, retratos de ciudadanos de distintas razas e imágenes de críticos vocales como Trump, el gobernador de Florida, Ron DeSantis, y la representante Marjorie Taylor Greene, de Georgia. Afirma a sus partidarios que “éste es nuestro momento” para “defender la democracia. Defendamos nuestras libertades personales. Defendamos el derecho a votar y nuestros derechos civiles”.

Biden piensa exhibir también sus logros en política exterior: afianzando las alianzas con otros países, apoyando a Ucrania en su defensa contra la invasión rusa y regresando a Estados Unidos al Acuerdo Climático de París. Pero el apoyo a Ucrania entre los estadounidenses ha disminuido en meses recientes, y algunos votantes cuestionan el envío de miles de millones de dólares en asistencia económica y militar a Kiev.

Además, el presidente ha sido criticado por su manejo de la caótica retirada estadounidense de Afganistán en 2021, que contradijo la imagen de eficacia que él deseaba proyectar, y ha sido fustigado también por sus políticas migratorias y económicas.

Como candidato en 2020, Biden hizo alarde ante los votantes de su experiencia en los pasillos del poder en Washington y las relaciones que ha forjado con otros líderes mundiales. Pero incluso en ese entonces, estaba consciente de los reparos que tenía la ciudadanía por su edad.

“Miren, yo me considero un puente, más nada”, declaró en un evento de campaña en Michigan en marzo de 2020, acompañado por demócratas más jóvenes como la hoy vicepresidenta Kamala Harris, el senador por Nueva Jersey, Cory Booker, y la gobernadora de Michigan, Gretchen Whitmer. “Hay una generación entera de líderes que ustedes pueden ver detrás de mí. Ellos son el futuro de este país”.

A pesar de ello, tres años después, muchos de sus aliados dicen que Biden ha demostrado ser un líder más transformativo que transicional.

Aun así, muchos demócratas preferirían que Biden no sea su candidato. Una encuesta reciente de The Associated Press-NORC Center for Public Affairs Research halló que apenas un 47% de los demócratas dicen que quieren que Biden se postule a reelección, un alza con respecto al 37% de febrero. Y los tropiezos verbales —y en ocasiones físicos— que ha tenido Biden le han dado argumentos a quienes tratan de tacharlo como no apto para el cargo.

Biden, en varias ocasiones, ha desestimado las dudas sobre su edad, afirmando simplemente: “Mírenme”.

En un examen médico de rutina en febrero, el médico de Biden, doctor Kevin O’Connor, lo declaró “saludable, vigoroso” y “apto” para cargar con la responsabilidad de su alto cargo.

Sus allegados reconocen que si bien algunos partidistas preferirían que otra persona se postule, no hay consenso sobre quién sería esa persona. E insisten en que cuando Biden se enfrente a quien sea el candidato de los republicanos, los demócratas cerrarán filas en torno al mandatario.

Por ahora Trump, quien tiene 76 años, es el favorito entre los republicanos, sentando el escenario para lo que sería una repetición histórica del duelo de 2020. Pero Trump tiene sus propios obstáculos, como el ser el primer expresidente en ser instruido de cargos penales. La lista de otros candidatos es volátil, con DeSantis perfilándose como una opción temprana a Trump. Pero la posición de DeSantis también está en duda, en medio de cuestionamientos sobre si está dispuesto a hacer campaña fuera de su estado, de creciente tendencia republicana.

Durante los últimos meses, el presidente ha probado temas de campaña sobre el terreno, por ejemplo, acusando a los republicanos de pelear por conseguir exenciones fiscales para empresas y ricos mientras recorta prestaciones sociales de las que dependen los estadounidenses de a pie, además de reducir el acceso a los servicios de aborto.

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