(Bloomberg) -- El plan del Gobierno chileno de exigir una participación de control en todos los futuros proyectos de litio desalentará la inversión y existe el riesgo de que estanque la transición a la energía limpia, según el multimillonario canadiense del sector minero Robert Friedland.
El anuncio, que el viernes provocó una fuerte caída en los precios de las acciones de las compañías chilenas de litio, sería “bastante complicado para el capital internacional, y hace que sea más difícil invertir en Chile”, dijo en una entrevista el presidente de Ivanhoe Mines Ltd.
“El dinero es cobarde, huye a la primera señal de problemas”.
La demanda de litio, un ingrediente clave en las baterías de los vehículos eléctricos, se disparará en las próximas décadas a medida que los fabricantes de automóviles vayan dejando de lado los modelos impulsados por gasolina y diésel. Chile es el segundo mayor productor mundial del metal y el presidente Gabriel Boric apunta a que el Estado juegue un papel más importante en el sector, al mismo tiempo que intenta crear una industria nacional de procesamiento y proteger el medio ambiente.
La política tiene algunas similitudes con lo que el presidente de Indonesia, Joko Widodo, está intentando hacer con el níquel en ese país.
La medida chilena perjudicará la reputación del país como uno de los lugares más seguros de América Latina para inversionistas extranjeros y equivale a una “nacionalización” de su sector del litio, dijo Friedland. El magnate de la minería ha estado involucrado en el desarrollo de algunos de los depósitos de cobre más grandes del mundo, como Oyu Tolgoi, en Mongolia, y Kamoa-Kakula, en la República Democrática del Congo.
Es “probable que haga retroceder mucho al Gobierno, impidiendo a empresas como Rio Tinto, Teck y BHP ingresar allí e invertir”, dijo Friedland. “Esto no terminará bien, en mi opinión”.
Los Gobiernos son mineros ineficientes, y fue “mucho más eficiente” alentar al sector privado a invertir, señaló, y agregó que existe el riesgo de que políticas nacionalistas “mal planteadas” frustren la transición a la energía limpia.
Esta nueva política surge en momentos en que los aumentos al royalty minero propuestos en Chile, el malestar social en Perú y la amenaza de alzas de impuestos en Panamá han retrasado proyectos de cobre en dichos países y han ahuyentado a los inversionistas. El cobre, al igual que el litio, es un componente fundamental en las aplicaciones de energía limpia, y Chile y Perú son los productores número 1 y 2 del mundo del metal rojo.
Nota Original:Chile’s New Lithium Plan to Scare Off Investors, Friedland Says
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