Mariana González-Márquez
Guadalajara (México), 2 abr. Las mujeres han sido las marginadas dentro de la marginalidad que representa la escritura y el mundo literario a lo largo de la historia, aunque sus voces son cada vez más fuertes y valoradas, dijo a EFE la escritora colombiana Pilar Quintana.
En entrevista durante su participación en el programa de actividades de Guadalajara como Capital Mundial del Libro, la escritora aseguró que desde siglos atrás las mujeres han escrito acerca de la condición humana y del mundo femenino, pero siempre desde lo marginal y de la poca valoración hacia su trabajo.
“(Siempre) hablábamos de esos temas, la escritura es una profesión marginal para hombres y mujeres, pero la escritura de las mujeres ha sido marginal dentro de ese margen en el que ocurre la literatura y, muchas veces, había una actitud bastante misógina hacia su trabajo, lo que hacían no tenía el mismo vuelo o la altura literaria de los hombres”, expresó.
Quintana (Cali, 1972) es una escritora cuya narrativa dialoga acerca de aquello que por mucho tiempo fue vedado hablar al sector femenino: el deseo y la sexualidad, el lado oscuro de la maternidad, la violencia que puede vivirse en la casa y fuera de ella.
La autora de “La perra” (2017) y “Los abismos” Premio Alfaguara de Novela 2021, confiesa que en muchas ocasiones tuvo el temor de que su escritura y sus historias no fueran valoradas por ser mujer y, por ello, ser objeto del desprecio con el que se ven lo creado por el sector femenino.
Al movimiento feminista y el surgimiento del #MeToo, que expuso desde las redes sociales la violencia sexual y sistematizada a la que han sido sometidas las mujeres en todos los ámbitos, le debe no solo una autocrítica por los machismos que ella misma reproducía sino que le permitió reconciliarse con su propia idea del feminismo y de ser mujer, dijo.
“Fue un gran despertar que me hizo reflexionar sobre conductas que nos parecían normalizadas, sobre violencias que se ejercían sobre las mujeres y que nos creíamos merecedoras de ellas. Estos movimientos me hicieron darme cuenta que yo era feminista y que siempre lo había sido”, señaló.
La autora fue la editora de la Biblioteca de Escritoras Colombianas, un proyecto financiado por el Ministerio de Cultura de su país en el que rescató libros de 18 escritoras cuyos libros no circulaban en las librerías.
La experiencia la llevó a comprender más de las mujeres literatas de ese país sudamericano que, como las de otros, escribieron con todo en contra.
DESEO Y ESCRITURA
El deseo instintivo, ese que recorre desde el propio cuerpo, los anhelos en la vida, la familia hasta los hijos son el tema central de su obra que ha sido reconocida con diversos premios y que la llevó a ser elegida, en 2007, como una de las 39 escritoras menores de 39 años más destacadas de América Latina por el Hay Festival.
“Yo sigo hablando del deseo de las mujeres, lo que pasa es que uno era el deseo sexual y a partir de 'La perra', era el deseo de ser madre, pero sigo hablando del deseo instintivo, de nuestros deseos más animales que nos conectan más con nuestra propia animalidad”, comentó.
Para Quintana, la literatura es el territorio de la libertad y el espacio para decir aquellos temas y comportamientos que la sociedad censura y señala.
“Es el territorio donde puedo hacer literalmente cualquier cosa, un escritor puede poner a su personaje a levantarse convertido en un monstruoso después de un sueño intranquilo, puedes hacer eso o hablar de las cosas que te dijeron que no eran apropiadas que una señorita dijera, a hablar sobre la naturaleza de su sexual femenino”, indicó.
La narradora consideró que la literatura latinoamericana hecha por mujeres está en un buen momento con la publicación de autoras como las mexicanas Brenda Navarro, autora de “Casas Vacías” y Fernanda Melchor, autora de “Temporada de huracanes” o las argentinas Mariana Enríquez autora de “Nuestra parte de la noche” y Samanta Schweblin, con “Los pájaros en la boca y otros cuentos”. EFE
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