PARÍS (AP) — Los jóvenes franceses, incluyendo algunos que no han entrado al mercado laboral, protestaron el jueves contra la propuesta del gobierno para elevar la edad de jubilación.
Los estudiantes bloquearon el acceso a algunas universidades y secundarias, y muchos más encabezaron una protesta en París dentro de una ola nacional de huelgas y manifestaciones contra el proyecto de ley que se debate en el Parlamento. La protesta se tornó violenta cuando un grupo de jóvenes se apartaron y vandalizaron paradas de autobuses e incendiaron un vehículo.
La rama del servicio de electricidad del influyente sindicato francés CGT cortó el jueves el suministro al gran complejo deportivo que se ubica en el suburbio norte de París, donde se encuentran el Stade de France y varios sitios en construcción para los Juegos Olímpicos de 2024.
Para una generación ya preocupada por la inflación, unas perspectivas laborales inciertas y el cambio climático, la reforma de la jubilación plantea cuestiones más amplias sobre el valor del trabajo.
“No quiero trabajar toda mi vida y estar agotada al final”, dijo Djana Farhaig, una joven de 15 años que participó en un bloqueo en su secundaria en París el mes pasado. “Para nosotros es importante mostrar que la juventud está comprometida con su futuro”.
Los adolescentes y veinteañeros han participado en las protestas contra la jubilación desde que comenzaron en enero, pero los grupos estudiantiles y sindicatos quisieron poner el enfoque a las preocupaciones específicas de los jóvenes en las movilizaciones del jueves.
El presidente Emmanuel Macron quiere elevar la edad de jubilación de los 62 a los 64 años, entre otros cambios, para hacer que el sistema público de pensiones sea rentable ante el envejecimiento de la población. Los críticos con la medida alegan que los contribuyentes más adinerados o las empresas deberían aportar más para financiar el sistema.
En una de las protestas, un adolescente llevaba un cartel con la frase “No quiero que mis padres se mueran trabajando”.
Thomas Coutrot, un economista especializado en salud y condiciones laborales, describió un sentimiento generalizado de que “el trabajo se ha vuelto algo insoportable”.
“La gente joven percibe que las condiciones de trabajo se están deteriorando y que los trabajadores ya no entienden por qué trabajan”, añadió.
Entre los manifestantes jóvenes hay muchos partidarios de la plataforma política Francia Insumisa y de otros grupos de extrema izquierda, pero también de otras formaciones políticas. Consideran que poder vivir con una pensión estatal es un derecho fundamental y perciben la reforma como un retroceso en unos avances sociales conseguidos con mucho esfuerzo.
Elisa Lepetit, de 18 años, tiene un empleo a tiempo parcial en un bar que compagina con sus estudios de magisterio y, aunque no puede permitirse hacer huelga, respalda las protestas.
“Quiero ser profesora, pero no me veo trabajando hasta los 64 años”, afirmó. “El objetivo después de toda una vida de trabajo duro es poder pasar tiempo con mi familia”.
Algunos adoptan una visión más apocalíptica e indican que su tiempo en la Tierra está ya amenazado por el cambio climático. “Trabajar hasta los 67 cuando habrá más de 55 grados (Celsius) no tiene sentido”, bromeó Anissa Saudemont, de 29 años, que tiene un empleo en el sector de los medios de comunicación vinculado al ecologismo.