Liverpool, 22 feb. Eliminados de las dos copas y con la Premier League imposible, la única esperanza del Liverpool de salvar la temporada era ganar la Champions. Un sueño muy difícil, casi irreal y que el Real Madrid desplazó de la mesa de un manotazo; uno más en la historia de Klopp contra los Blancos, los verdaderos causantes del declive de la era del alemán en Anfield.
El Liverpool sufrió un bajón a velocidad de crucero a raíz de la final perdida en París hace unos meses. El conjunto de Anfield sufría otro revés en Europa, otro lunar en un ciclo glorioso, pero al que le ha faltado la guinda de los títulos. Desde la llegada de Klopp en 2015, el bagaje del Liverpool, en cuanto a grandes títulos, es de una Premier League y una Champions League. No es mal botín, pero no está a la altura del nivel real y bárbaro que han dado los 'Reds'.
Los Salah, Mané, Firmino y compañía han tenido la mala fortuna de coincidir en el tiempo en la Premier League con el Manchester City de Pep Guardiola, que les ha arrebatado dos ligas milimétricas, y con el rey de Europa en la Liga de Campeones, que les ha apartado de tres ediciones: le ganó las finales de 2018 y 2022 y le eliminó en la 2020/2021. Especialmente dolorosas son las dos últimas, en las que el Liverpool partía como favorito. No en vano Klopp calificó la última Champions como "una tortura". Su equipo lo hizo todo para ganar y aun así, triunfó el club de las catorce Copas de Europa.
Ese fue el golpe a la mandíbula del proyecto Klopp que lo dejó tambaleándose. Se fue también Sadio Mané, eje junto a Salah de los últimos años, y el Liverpool comenzó una reconstrucción a pequeña escala, pero manteniendo muchos de los pilares de los últimos años, que tenían que convivir con el desgaste mental de haberlo dado todo durante seis, siete u ocho años, y apenas haber sacado como trofeo una liga, una Champions y alguna copa menor.
El declive esta campaña se fue acentuando poco a poco, con el equipo fuera de la pelea por la Premier a las primeras de cambio, con derrotas en la FA Cup y en la Copa de la Liga, donde eran vigentes campeones, y con la incertidumbre de si fiarlo todo a la ruleta de la Champions iba a funcionar.
La apuesta duró quince minutos, en los que Anfield se ilusionó con el 2-0 de su equipo al campeón. Pero el último rayo de esperanza del Liverpool de Klopp se esfumó. El conjunto de Chamartín les machacó con cinco goles seguidos. Nunca el Liverpool había sufrido una derrota así en Champions; nunca Klopp había recibido cinco goles en una competición continental.
Poco o nada queda ya del ogro que era el alemán cuando dirigía al Borussia Dortmund, con el que venció tres veces a los blancos en seis enfrentamientos, incluyendo aquella fatídica noche del 4-1 en el Westfalenstadion. Con el Liverpool, nunca ha ganado al Real Madrid en cinco choques.
Pese a que tenga contrato hasta el verano de 2024, la sensación general es que el Madrid destruyó este martes los últimos cimientos del proyecto de Klopp. Mucho tendrá que cambiar y reconstruir el genio alemán para que su estancia en Anfield se alargue más allá del verano.
Manuel Sánchez Gómez