Brasilia, 7 feb. Unas 200 entidades de la sociedad civil brasileña, apoyadas por grupos europeos, rechazaron este martes en un manifiesto el acuerdo entre la Unión Europea (UE) y el Mercosur, el cual aseguran que solo beneficiará a los "grandes capitales".
El documento fue presentado por el Frente Brasileño contra los Acuerdos Mercosur-UE y respaldado por organizaciones europeas, como la española Ecologistas en Acción, al cabo de un seminario celebrado en Brasilia, en el que fueron debatidos los supuestos riesgos que entrañan esas tratativas.
El Gobierno del progresista Luiz Inácio Lula da Silva asumió el pasado 1 de enero en Brasil y ha adelantado que pretende "revisar" algunos términos del acuerdo, en especial lo referido a compras gubernamentales.
Sin embargo, Tatiana Oliveira, investigadora del Instituto de Estudios Socioeconómicos (Inesc), una de las organizaciones que firma el manifiesto, aseguró a EFE que eso no es suficiente.
"Nos preocupan las compras gubernamentales" pero también el capítulo sobre "propiedad intelectual" y el impacto de otros puntos del acuerdo consensuado en 2019 sobre la "generación de trabajo y empleo" en economías, como la brasileña, que "están en un proceso de desindustrialización muy agudo", dijo.
Más allá de aspectos puntuales, criticó que las negociaciones entre la UE y el Mercosur, que comenzaron en 1999, fueron hechas "a puerta cerrada, sin participación de la sociedad civil y sin un diálogo franco ni con los Parlamentos", que deberán ratificar el acuerdo.
UNA "REVISIÓN" NO BASTA
Según Oliveira, más que una mera "revisión" de lo consensuado en 2019, el Mercosur y la UE deberían abrir una "renegociación", en la cual sea escuchada la voz de la sociedad civil, que en su opinión ha sido marginada del proceso.
El acuerdo, que Uruguay y Paraguay apoyaron desde el inicio, fue impulsado sobre todo por los entonces presidentes de Argentina, Mauricio Macri, y Brasil, Jair Bolsonaro, dos líderes conservadores que ya han dejado el Gobierno.
Lula y el argentino Alberto Fernández han apoyado la negociación, pero han coincidido en que algunos aspectos deberán ser "revisados".
Según el manifiesto de las organizaciones sociales opuestas al acuerdo, lo ya negociado "beneficiará legislaciones que favorecen al comercio internacional" y "protegerá a los inversores globales, como bancos y multinacionales".
Entre muchas otras críticas, sostiene que serán "debilitadas" las "medianas y pequeñas empresas locales", que deberán "competir en un plano de igualdad con las grandes multinacionales europeas".
El documento también pone en duda las garantías medioambientales contempladas en el acuerdo, sobre el cual afirma que incentivará el comercio de productos agrícolas y minerales del Mercosur, a cambio de la oferta europea "industrializada y tecnológica de mayor valor agregado".
Eso reforzará "una competitividad perversa" y "las potenciales ganancias obtenidas por los sectores agrícola y mineral implicarán una mayor destrucción ambiental y un ataque a los derechos de los trabajadores" de los países del Mercosur, dice el texto. EFE
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