SANTIAGO (AP) — Las autoridades chilenas declararon el sábado el estado de catástrofe en la región de la Araucanía, que se suma al Biobío y Ñuble, para movilizar todos los recursos contra la ola de incendios que devasta el sur del país, con múltiples focos simultáneos y que ya se han cobrado 23 vidas y 979 lesionados, según las últimas informaciones de las autoridades.
Además de los 23 fallecidos (16 en el Biobío, 5 en la Araucanía y 2 en Ñuble). Hay 979 lesionados, 16 de ellos con quemaduras muy graves. La ministra del Interior, Carolina Tohá Tohá también informó de al menos 10 personas desaparecidas y más de 1.100 albergadas.
Hay 7 personas detenidas por presunta participación en provocar incendios en el país, según el último parte del subsecretario de Interior, Manuel Monsalve. Provocar un incendio supone “un carácter de generación de eventuales homicidios”, y va a ser perseguido penalmente, afirmó el subsecretario.
Según el último informe oficial, se combate 83 focos, de un total de 232 que están activos, de los cuales 149 han sido controlados, aunque ninguno todavía totalmente extinguido. Son al menos cuatro las regiones afectadas, 3 de ellas bajo estado de catástrofe, junto a diversas comunas que afrontan focos simultáneos.
En la última semana de los cientos de incendios que se han producido en el país 28 de ellos “equivalen en superficie a lo que se quema en un año completo”, dijo Tohá, y añadió que en varias localidades de la zona se han registrado temperaturas históricas récord.
Según los datos del Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (Senapred) 88 casas fueron destruidas por el fuego en el Biobío y se evalúan daños en un total de 563 viviendas.
El fuego alcanzó además 20 establecimientos educativos, dos centros de salud hospitales que debieron evacuarse de forma preventiva. Durante la tarde del sábado se debió evacuar el hospital de Lautaro de forma preventiva, lo que supuso el traslado de 25 pacientes a otros centros hospitalarios.
Las autoridades se mostraban muy preocupadas por las perspectivas para el lunes, cuando se pronostican altas temperaturas, fuertes vientos y baja humedad que complican el combate contra las llamas.
Las condiciones el sábado “son menos propicias para que se propague el fuego porque hay menos viento”, y también el domingo se espera condiciones mejores a los días anteriores señaló Toha. Sin embargo la próxima semana “vuelven a complejizarse" y destacó que el viernes tuvimos situaciones muy delicadas con “ciudades enteras que enfrentaron situaciones críticas”. Destacó la comuna de Santa Juana en el Biobío, a unos 560 kilómetros del Santiago, como una de las más afectadas. La alcadesa de esta localidad, Ana Albornoz, solicitó por la mañana una mayor dotación desde el servicio médico legal.
“La magnitud que ha tomado la crisis climática y los riesgos que tiene el país claramente han ido incrementándose en el tiempo”, dijo Albornoz. "Chile es uno de los países con mayor vulnerabilidad al cambio climático”.
Tohá informó que se ha designado a un ministro enlace a cargo de las tres regiones más complejas para centralizar las operaciones.
La ministra enfatizó el temor de algunos ciudadanos a abandonar sus pertenencias ante la posibilidad de saqueos y anunció que se evalúa decretar toques de queda esta noche “tanto para cuidar las conductas de riesgo como para proteger las zonas evacuadas y evitar todo tipo de saqueo” e insistió en que “cada demora” en evacuar zonas amenazadas “son vidas que se ponen en riesgo”.
Añadió que se ha pedido ayuda a los países cercanos, entre ellos Brasil, México, Colombia y España y Estados Unidos, igual que Argentina, que ya confirmó el envío de equipos.
“Acabo de conversar con el Presidente @alferdez (Alberto Fernández) para coordinar y agradecer el apoyo de la República Argentina en combate a incendios. Además de brigadistas, recibiremos maquinarias. Estamos gestionando apoyo de distintos países para enfrentar emergencia. No los dejaremos solos!”, tuiteó el presidente Gabriel Boric, que interrumpió sus vacaciones para atender la emergencia.
Más de 3.000 bomberos se encuentran en el lugar para reforzar las dotaciones en terreno que están combatiendo los incendios, entre ellas 2.368 brigadistas de la Corporación Nacional Forestal (CONAF) a los que se suman 1.834 efectivos de las Fuerzas Armadas.
Se han desplazado, además 1.111 carabineros desde otras zonas para reforzar la dotaciones ya existentes, en las que se encontraban al menos 66 aeronaves. Además, varias empresas forestales están aportando sus equipos y trabajando en la extinción de los fuegos.
Las Fuerzas Armadas han desplegado 74 vehículos terrestres, 6 aeronaves y 4 unidades marítimas que han hecho evacuaciones por mar en las últimas horas.