SAN FRANCISCO (AP) — La población de mariposas monarca occidentales que hibernan a lo largo de la costa de California se ha recuperado por segundo año consecutivo después de una drástica caída en 2020, pero la cantidad de estos coloridos insectos sigue estando muy por debajo de lo que solía ser, anunciaron investigadores el martes.
Los voluntarios que visitaron lugares de California y Arizona cerca del feriado por el Día de Acción de Gracias contaron más de 330.000 mariposas, la cifra más alta de estos insectos en los últimos seis años. Fue un repunte prometedor después de que el conteo anual de invierno de 2020 registró menos de 2.000 ejemplares. En 2021 se registraron 247.000 mariposas.
“Creo que todos podemos celebrarlo, es algo realmente emocionante”, dijo Emma Pelton, bióloga conservacionista de la Sociedad Xerces, una organización medioambiental sin fines de lucro que se enfoca en la conservación de invertebrados. “El año pasado nos sentíamos muy aliviados porque teníamos alrededor de 250.000 mariposas y ves que la cifra aumenta aunque sea un poco este año y es una buena señal de que tenemos una segunda oportunidad”.
Pelton dijo que de momento no queda claro el motivo por el que la población de mariposas se ha recuperado, pero una explicación podría ser que las mariposas monarca orientales, que suelen pasar el invierno en México, podrían estar mezclándose con sus congéneres occidentales.
“Podría estar produciéndose algún tipo de filtración de ese tipo pero no creo que entendamos el sistema lo suficiente como para decir de qué se trata”, afirmó. “Pero pienso que no se puede decir que todo está bien o que todos realizamos acciones humanas que mejoraron todo por arte de magia".
La población sigue muy por debajo de los registros de la década de 1980, cuando las monarcas se contaban por millones.
Los científicos afirman que las mariposas se encuentran en niveles críticamente bajos en el oeste de Estados Unidos debido a la destrucción del hábitat del algodoncillo a lo largo de su ruta migratoria a medida que aumenta la urbanización en su territorio y el uso de pesticidas y herbicidas.
Junto con la agricultura, el cambio climático es una de las principales causas que amenazan con extinguir a la mariposa monarca, alterando su migración anual de 4.828 kilómetros (3.000 millas) que se sincroniza con la primavera boreal y el florecimiento de las flores silvestres.
Las mariposas monarca occidentales migran al sur desde el noroeste del país hasta California cada invierno, y regresan a los mismos lugares e incluso a los mismos árboles, donde se agrupan para mantenerse calientes.
A lo largo del trayecto de miles de kilómetros, las monarcas crían a varias generaciones antes de llegar a California, donde suelen arribar a principios de noviembre. Una vez que llega el clima más cálido en marzo, se desplazan hacia el este.
Al este de las Montañas Rocosas, otra población de monarcas viaja desde el sur de Canadá y el noreste de Estados Unidos a través de miles de kilómetros para pasar el invierno en el centro de México. Los científicos calculan que la población de monarcas en el este de Estados Unidos se ha reducido en un 80% desde mediados de la década de 1990, pero el descenso ha sido más notorio en el oeste de Estados Unidos.
Las mariposas monarca adultas viven unas cuantas semanas, mientras que las monarcas que pasan el invierno agrupadas en árboles y emergen a finales del verano y principios del otoño pueden llegar a vivir hasta nueve meses. Cuando las temperaturas suben, las mariposas monarca regresan a sus zonas de reproducción, donde su ciclo reproductivo vuelve a empezar.
Voluntarios capacitados realizan el conteo de mariposas monarca occidentales a lo largo de varias semanas cerca del feriado por el Día de Acción de Gracias. La práctica se remonta a 1997 y ha registrado una pérdida de más del 95% de una población que, según estudios anteriores, llegó a contar con unos cuantos millones de ejemplares.
Este año, los lugares de hibernación de estos insectos a lo largo de la región central de la costa de California también se han visto afectados por las fuertes lluvias, y los voluntarios han observado un mayor número de monarcas separadas de sus grupos y más expuestas al frío, a la humedad y a la depredación, según un comunicado de la Sociedad Xerces.
El grupo suele realizar un segundo recuento después de Año Nuevo. Los resultados de este año se darán a conocer en febrero y ayudarán a determinar el impacto de las tormentas invernales en las mariposas, según Isis Howard, bióloga de conservación de especies en peligro de la Sociedad Xerces.
Howard explicó que los recuentos de seguimiento de Año Nuevo suelen mostrar un descenso de entre el 30% y el 50% de las mariposas respecto al recuento de Acción de Gracias.
“Como las tormentas han sido tan intensas y tan seguidas este año, es lógico suponer que podría haber un aumento de la mortalidad este invierno, lo que daría lugar a una población más pequeña que iniciaría la temporada de cría la próxima primavera y verano”, dijo.