Sector petrolero, preocupado por su futuro en Colombia

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El presidente de Colombia, Gustavo
El presidente de Colombia, Gustavo Petro, en una conferencia de prensa al final de la cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) en Buenos Aires, Argentina, el martes 24 de enero de 2023. El anuncio del gobierno colombiano de de que no suscribirá nuevos contratos de exploración de petróleo y gas causó incertidumbre en el gremio de la industria de hidrocarburos, el martes 24 de enero de 2023. (AP Foto/Gustavo Garello)

BOGOTÁ (AP) — El anuncio de Colombia de que no suscribirá nuevos contratos de exploración de petróleo y gas, como parte de los planes para adelantar la transición energética en el país, causó incertidumbre en el gremio de la industria de hidrocarburos.

Esa decisión coincide con las promesas que hizo desde la campaña electoral el presidente Gustavo Petro —el primero de tendencia izquierdista en Colombia—, quien llegó al poder en agosto de 2022 con la premisa de que disminuir el consumo de gas y petróleo es la clave para luchar contra el cambio climático en Colombia. El país produce menos del 1% de las emisiones efecto invernadero en el mundo.

En una nación en la que cerca del 40% de las exportaciones dependen del sector de hidrocarburos, hay interrogantes por el plan que pretende sustituirlas y que, según el gobierno, se concentraría en el turismo y las energías limpias.

La semana pasada, durante el Foro Económico Mundial en Davos, la ministra de Minas y Energía colombiana, Irene Vélez, anunció la decisión gubernamental de no conceder nuevos contratos de exploración de gas y petróleo, al tiempo que reconoció que tienen el reto de lograr la transición energética y “sobrevivir como país” al generar otras economías a escala local.

Francisco Lloreda, presidente ejecutivo de la Asociación Colombiana del Petróleo (ACP), dijo a The Associated Press que frenar los nuevos contratos se traduciría a futuro “en menor producción y por ende en menores ingresos para la nación, para las regiones y una amenaza para la seguridad y soberanía energética del país”.

La ACP calcula que el sector aporta el 20% de los ingresos fiscales al gobierno y el 76% de las regalías —el pago que hacen las petroleras al Estado por explotar el subsuelo— con las que las administraciones locales suelen costear numerosos proyectos en educación, infraestructura o salud.

Tras el anuncio, Petro intentó calmar el debate en el país al reafirmar que no se suspenderán los contratos vigentes de exploración ni explotación de hidrocarburos y que Colombia tiene reservas para consumo interno que alcanzarían hasta un periodo entre 2037 y 2042. El país cuenta con más de 300 contratos vigentes de exploración y producción de hidrocarburos, según un balance gubernamental.

“Es un informe tendencioso”, dice el vocero del gremio, porque a su juicio confunde reservas probadas que tienen una probabilidad del 90% de extraer hidrocarburos, con probables que alcanzan el 50%, los posibles que solo son del 10% y los recursos contingentes que fueron descubiertos pero no son viables. Según sus cuentas, las reservas probadas alcanzarían una década aproximadamente.

Lloreda considera que así continúen los contratos vigentes, el freno a las nuevas exploraciones los afectará y será “cuestión de tiempo para que la industria se marchite” en Colombia y las empresas se pregunten si continúan invirtiendo y en qué lo harían para buscar rentabilidad de corto y mediano plazo.

Además de frenar los nuevos contratos de exploración de petróleo y gas, el gobierno impulsa en el Congreso un proyecto para prohibir el fracking, una técnica más costosa que consiste en inyectar con alta presión agua con sustancias químicas para liberar petróleo y gas de rocas profundas. Por lo que la estatal petrolera Ecopetrol suspendió millonarios contratos que buscaban hacer dos proyectos pilotos de fracking.

En defensa de su estrategia, Petro ha explicado que con una “fuerte” inversión en turismo y la exportación de energías limpias lograrían en el corto plazo “llenar los vacíos que puede dejar la energía fósil de la cual hemos dependido”.

Leonardo Garavito, docente de Administración de Empresas Turísticas y Hoteleras de la Universidad Externado, explicó a la AP que aunque el turismo viene creciendo en Colombia de forma significativa desde la década de los 2000, se requeriría que las exportaciones por turismo se duplicaran, lo que tomaría al menos cinco años con una inversión pública y privada importante y sin factores externos que, como la pandemia, paralizaron en el pasado el sector.

Mientras en el 2021 la industria de hidrocarburos aportó el 4% del producto interno bruto de Colombia, la participación del turismo fue del 1,6%, según las cifras oficiales.

La Asociación Colombiana de Agencias de Viajes y Turismo calcula que entre enero y septiembre de 2022 las exportaciones por concepto de viajes y transporte aéreo de pasajeros alcanzaron los 5.263 millones de dólares. Mientras que la ACP asegura que en todo el 2022 las exportaciones de petróleo y sus derivados llegaron a 17.710 millones de dólares.

En cuanto a las energías limpias como fuente de recursos, el presidente de Ecopetrol, Felipe Bayón, señaló desde Davos que la compañía ya produce hidrógeno verde y que su plan es que en 20 años las energías renovables representen gran parte de los ingresos, aunque recalcó que el país sigue necesitando de los fondos de hidrocarburos a la vez que se lidera la transición energética.

Ante un sector expectante, el Ministerio de Minas ha dicho que promoverá el diálogo con la ciudadanía y los empresarios para lograr una “transición energética justa” en el país.

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