Más de cien ONG de RDC piden sanciones para Ruanda y Uganda por apoyar al M23

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Kinshasa, 4 ene. Más de cien organizaciones de la sociedad civil de la República Democrática del Congo (RDC) pidieron a la ONU sanciones contra Ruanda y Uganda por su presunto apoyo al rebelde Movimiento 23 de Marzo (M23) y una investigación de la Corte Penal Internacional (CPI) sobre los crímenes de ese grupo armado.

Las organizaciones, reunidas en una coalición bautizada como Red Contra el Terrorismo en la RDC (RCT), hicieron la petición a través de una carta recogida este miércoles por los medios locales.

Según las ONG, la CPI debería enjuiciar a los máximos responsables de las acciones del M23, acusado de reclutar a niños soldados, atacar a la población civil y cometer asesinatos y violaciones, realizar detenciones arbitrarias y torturas y otros abusos de los derechos humanos.

Para las instituciones firmantes, esos actos pueden constituir crímenes de guerra, contra la humanidad, económicos y de genocidio.

Asimismo, la RCT instó al Gobierno congoleño a mantener su presión sobre la comunidad internacional con el fin de que emprenda acciones para "poner fin a la impunidad de la que gozan los autores de delitos graves cometidos en el este de la RDC".

Las organizaciones lamentaron que la Unión Europea aprobase el pasado 1 de diciembre apoyar con 20 millones de euros las operaciones del Ejército ruandés en el norte de Mozambique -donde colabora con las fuerzas mozambiqueñas en su lucha contra grupos terroristas-, a pesar de que un informe de la ONU confirmó la colaboración de las tropas de Kigali con el M23.

La petición se produjo en medio de la crisis diplomática entre RDC y Ruanda por el presunto apoyo de Kigali al M23, un extremo que las autoridades ruandesas siempre han negado.

Por su parte, tanto Ruanda como el M23 acusan al Ejército congoleño de aliarse con los rebeldes de las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR), fundadas en el año 2000 por los cabecillas del genocidio de 1994 y otros ruandeses exiliados en la RDC para recuperar el poder político en su país de origen.

La ONU también confirmó esa colaboración.

Además de señalar a Ruanda, el último informe del Grupo de Expertos del Consejo de Seguridad de la ONU, publicado el pasado 30 de diciembre, alertó sobre "la libre circulación de combatientes del M23 y nuevos reclutamientos hacia y desde Uganda", algo que Kampala rechazó como falso.

Desde la reactivación de los combates en marzo pasado, los insurgentes han ocupado grandes áreas y localidades estratégicas en la RDC.

Asimismo, el temor a esa violencia ha obligado a más de medio millón de personas a abandonar sus hogares, según los últimos datos de la ONU.

El M23 se creó en 2012 como una escisión del extinto Congreso Nacional para la Defensa del Pueblo (CNDP), un grupo de rebeldes en su mayoría de origen ruandés que luchó contra las FDLR en suelo congoleño y se integró en el Ejército de la RDC después del acuerdo de paz del 23 de marzo de 2009, que da nombre al grupo.

Entonces, los rebeldes del recién fundado M23 desertaron del Ejército para renegociar ese pacto de paz y mejorar sus condiciones.

El este de la RDC lleva más de dos décadas sumido en un conflicto avivado por milicias rebeldes y el Ejército, pese a la presencia de la misión de paz de la ONU (Monusco), con más de 16.000 uniformados sobre el terreno. EFE

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