Campos pelados y vacas muertas, una postal de la peor sequía en décadas en Argentina

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Por Maximilian Heath

NAVARRO, Argentina, 9 dic (Reuters) - "Campos pelados y algunas vacas muertas". Esa es la imagen que ofrece hoy la localidad de Navarro, en la llanura pampeana argentina, según el productor agropecuario Ignacio Bastanchuri.

Ubicada a poco más de 100 kilómetros al oeste de la capital Buenos Aires, a la vera de una laguna cuya agua se evaporó en su totalidad, Navarro es una de las docenas de típicas ciudades de la provincia de Buenos Aires que están siendo castigadas por la peor sequía en décadas en Argentina.

Ahí, Bastanchuri, de 65 años, camina por un campo en el que crecen lánguidas plantas de trigo de poco más de 30 centímetros de altura, menos de la mitad de lo que deberían tener a esta altura del año.

"Venimos con un déficit de agua desde dos años anteriores y este año no hemos llegado ni al 50% de la media de la zona donde estamos", explica Bastanchuri, que añade que el dueño del campo de trigo donde está parado probablemente termine dando el lote para que se lo coman las vacas, como ya ha tenido que hacer él.

En otro campo, a pocos kilómetros de donde crece el trigo "paupérrimo", según las palabras del productor navarrense, tres vacas muertas se secan lentamente al sol, muestras del impacto del fenómeno climático La Niña, que por tercer campaña consecutiva se empeña en restringir las lluvias en Argentina.

"Había que prepararse para el peor escenario de los últimos 20 años en esta campaña de granos y es lo que estamos viendo, y estamos en un punto donde estamos viendo situaciones que son realmente muy complejas", dijo a Reuters Cristian Russo, jefe de estimaciones agrícolas de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).

La Niña consiste en un enfriamiento del Pacífico en el Ecuador, cuyo impacto en la zona agrícola núcleo de Argentina es la disminución de las lluvias.

El apilamiento del fenómeno sobre tres campañas seguidas ha causado estragos sobre las reservas de humedad del suelo, que según Russo son más dramáticas que la campaña 2008/09, cuando el país sudamericano produjo solo 31 millones de toneladas de soja, de 18 millones de hectáreas plantadas.

La BCR por ahora estima la cosecha de soja 2022/23 en 48 millones de toneladas. Sin embargo esa cifra es de octubre, cuando recién arrancaba la siembra, y el miércoles la entidad dijo que 600.000 hectáreas de las 17,1 millones de hectáreas previstas, podrían no ser implantadas por la sequía.

El futuro del maíz, que al igual que la soja está en su etapa de siembra, también es incierto. "Si no llegara a llover o a normalizarse ahora en diciembre, creo que la intención es una, pero definitivamente la cantidad de hectáreas que se van a sembrar son muy bajas", dijo Bastanchuri.

FUTURO SECO Y CÁLIDO

El problema para los habitantes de Navarro, que actualmente pueden atravesar a pie su laguna homónima de 150 hectáreas entre restos de conchas y algunos peces muertos, es que los sistemas meteorológicos no anuncian un regreso de las lluvias y encima anticipan meses de altas temperaturas.

El pronóstico del Servicio Meteorológico Nacional para el período diciembre 2022-febrero 2023 dice que las lluvias seguirán siendo inferiores a las habituales en la mayor parte del núcleo agrícola de Argentina, que comprende al norte de la provincia de Buenos Aires y el sur de la provincia de Santa Fe.

Por su parte, la climatóloga e investigadora Matilde Rusticucci dijo que hay "una alta probabilidad de tener temperaturas máximas muy extremas y temperaturas mínimas muy altas. Muy altas las dos, es decir, mucho calor", en un comunicado de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires.

Según la BCR, los próximos días traerían algunas lluvias a las zonas más necesitadas, entre 10 y 15 milímetros que, en el actual contexto, se parecen más a gotas en el desierto.

"No son las lluvias importantes que estamos necesitando para por lo menos tener un poco más de aire. Y esto sí pasó en el 2008, en el 2008 hubo lluvias muy importantes" a fin de año, dijo Russo, queriendo resaltar que las perspectivas actuales son peores que las de aquella fatídica campaña 2008/09.

Como señal de ese presagio, Russo agregó que la BCR podría volver a recortar su actual previsión de cosecha de trigo de 11,8 millones de toneladas, producto de 5,9 millones de hectáreas. En mayo, al inicio del ciclo, el pronóstico había sido de 19 millones de toneladas.

En la dura campaña 2008/09, la cosecha de trigo fue de 8,3 millones de toneladas, de 4,7 millones de hectáreas. (Reporte de Maximilian Heath; Editado por Lucila Sigal)

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