Qatar investiga la muerte de un trabajador en un centro de entrenamiento del Mundial

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El logotipo de la Copa Mundial de la FIFIA parece en el paseo Corniche antes de la Copa Mundial de Qatar 2022, en Doha, Qatar. 18 de noviembre de 2022. REUTERS/Fabrizio Bensch
El logotipo de la Copa Mundial de la FIFIA parece en el paseo Corniche antes de la Copa Mundial de Qatar 2022, en Doha, Qatar. 18 de noviembre de 2022. REUTERS/Fabrizio Bensch

Por Andrew Mills y Iain Axon

DOHA, 8 dic (Reuters) - Qatar inició una investigación sobre seguridad laboral por la muerte de un trabajador, dijeron autoridades qataríes el jueves, después de que se informara de que un hombre filipino murió en un centro de entrenamiento durante la Copa Mundial de fútbol, que ha estado marcada por la polémica sobre el trato a los trabajadores migrantes.

Nasser Al Khater, director ejecutivo de la Copa Mundial de 2022 en Doha, confirmó a Reuters que un trabajador murió, sin dar detalles, y afirmó que "la muerte es una parte natural de la vida" al tiempo que ofreció el pésame a su familia.

La publicación deportiva en internet The Athletic informó el miércoles que un hombre filipino contratado para arreglar las luces en un estacionamiento en Sealine Resort, el sitio de entrenamiento de la selección nacional saudita, murió después de que "se resbaló de una rampa mientras caminaba junto al vehículo y cayó de cabeza" contra el hormigón.

Citando múltiples fuentes anónimas, dijo que el accidente ocurrió durante el Mundial, pero no especificó cuándo.

El complejo no respondió de inmediato a una consulta de Reuters.

"Si la investigación concluye que no se siguieron los protocolos de seguridad, la empresa estará sujeta a acciones legales y severas sanciones financieras", dijo a Reuters otro responsable del Gobierno de Qatar en un comunicado.

"La tasa de accidentes relacionados con el trabajo ha disminuido constantemente en Qatar desde que se introdujeron estrictas normas de salud y seguridad y se intensificó la aplicación", dijo el responsable.

Qatar ha sido objeto de un escrutinio cada vez mayor por parte de grupos de derechos humanos desde que se le otorgaron los derechos de sede de la Copa Mundial en 2010 por su trato a los trabajadores migrantes, que representan la mayoría de la población del Estado del golfo Pérsico.

El torneo, que es el primero que se celebra en Oriente Medio, donde otros países también han enfrentado críticas por los derechos de los trabajadores migrantes, se ha visto envuelto en controversias con algunas estrellas del fútbol y representantes europeos que criticaron el historial de derechos humanos de Qatar, incluidos los derechos laborales, el colectivo LGBT+ y las mujeres.

Los organizadores del Mundial de Qatar, el Comité Supremo para la Entrega y el Legado (SC, por sus siglas en inglés), dijeron en un comunicado que no estaban involucrados en la investigación de Qatar porque "el fallecido (estaba) trabajando como contratista, no bajo el mandato del SC".

El número de muertes relacionadas con el trabajo en Qatar está en disputa.

El diaro británico The Guardian informó el año pasado que al menos 6.500 trabajadores migrantes, de los cuales muchos trabajaban en proyectos de la Copa Mundial, habían muerto en Qatar desde que obtuvo el derecho a organizar el evento, según los cálculos del periódico a partir de los registros oficiales.

En respuesta, Qatar dijo que la cantidad de muertes era proporcional al tamaño de la fuerza laboral migrante e incluía a muchos trabajadores no manuales, y agregó que cada vida perdida era una tragedia. El SC dijo que se han producido tres muertes relacionadas con el trabajo y 37 muertes no relacionadas con el trabajo en proyectos relacionados con la Copa Mundial.

"La muerte es una parte natural de la vida, ya sea en el trabajo, ya sea mientras duermes", dijo Khater, expresando su decepción por las preguntas de los periodistas sobre el artículo de The Athletic.

"Estamos en medio de una Copa Mundial. Y tenemos una Copa Mundial exitosa. ¿Y estas son las cosas de las que quieren hablar en este momento?", dijo.

(Reporte y redacción de Andrew Mills; editado en español por Flora Gómez)

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