DOHA (AP) — Nicolás Otamendi es uno de los mejores defensores del Mundial. Y su madre tiene parte del mérito.
Silvia Lemos — quien incentivó a Otamendi de pequeño a jugar de defensor — sigue a los futuros rivales de su hijo para advertirle sobre jugadores a marcar, una costumbre que nació cuando el zaguero actuaba en Manchester City y que continúa en la Copa del Mundo.
A sus 34 años, el “Comandante” es por detrás del astro Lionel Messi el jugador con más regularidad y mejor rendimiento de una Argentina que ha recibido tres goles en cinco partidos, uno de ellos en contra.
Jugó siempre de titular y su rendimiento no mermó aun cuando el técnico Lionel Scaloni le cambió dos veces de compañero y hasta de posición en la zaga. Está entre los defensores con más duelos ganados en el torneo.
“Me siento muy bien, me preparé mucho para esta Copa del Mundo, me mentalicé en esto y estoy disfrutando un momento inolvidable en la selección”, dijo Otamendi a periodistas tras el triunfo 2-1 ante Australia en octavos de final.
Otamendi fue vital ante Polonia en el cierre de la primera ronda y luego contra los “Socceroos” —dos rivales con mejor promedio de altura que Argentina — imponiéndose en las pelotas aéreas. El defensor australiano Harry Souttar, el jugador más alto de esta Copa del Mundo con 1,98 metros, nunca le ganó de arriba.
Y hasta asistió a Messi en el primer gol.
“Vamos de menor a mayor”, analizó Otamendi.
Surgido de la cantera de Vélez Sarsfield, Otamendi encandiló a Diego Maradona, que lo llevó al Mundial 2010 con apenas 22 años. Pero la experiencia resultó fatídica. El astro lo improvisó de lateral en el duelo de cuartos de final ante Alemania y fue responsable del primer gol cuando Thomas Müller lo anticipó de cabeza.
Ya afianzado en el fútbol europeo, no fue parte del plantel subcampeón del mundo en Brasil 2014. A partir del año siguiente, Otamendi se afianzó como uno de los zagueros titulares de la Albiceleste.
En su tercer Mundial, Otamendi cumplió 97 presencias en Argentina e igualó a Óscar Ruggeri, el legendario defensor campeón del mundo en 1986.
Nunca fue expulsado.
Su único lunar en Qatar fue un rechazo corto que tomó Craig Goodwin y remató al arco antes del autogol de Enzo Fernández.
“Duele cuando te hacen un gol. Para un defensor, que no te conviertan es como festejar un hat-trick, más o menos. Pero todo gol sufrido también sirve de aprendizaje. Y eso te ayuda a no relajarte”, reflexionó el actual defensor del Benfica de Portugal.
Otamendi será calve en Argentina para mantener a raya a Memphis Depay y Cody Gapko ante Holanda el viernes por los cuartos de final.
“Más allá de que es un buen equipo, la mentalidad nuestra tiene que ser la de ser protagonista y tener un buen funcionamiento a nivel ofensivo y defensivo. Creo que lo que nos caracteriza es intentar jugar siempre y es lo que tenemos que volver a hacer en el partido que viene”, avisó Otamendi.