DOHA (AP) — ¿Qué se siente tener que marcar a Kylian Mbappé?
Este es el espontáneo testimonio de Matty Cash, el lateral derecho de Polonia: “Me quemó las piernas. Es el ser humano más rápido que haya visto”.
Lo vivió en carne propia durante el partido de octavos de final que Francia le ganó 3-1 a Polonia, en el que Mbappé firmó dos goles de gran calidad y aportó la asistencia para que su compañero Olivier Giroud abriese el marcador.
Cash, quien también tuvo las manos llenas con el astro argentino Lionel Messi en el cierre de la fase de grupos, disparó más sobre Mbappé: "Obviamente es increíble. Pasé las tardes viendo sus videos. Ya sabía que sería difícil. La diferencia es que cuando vi los videos estaba en la cama, no tuve que usar las piernas”.
En Qatar, Mbappé está en otra dimensión.
Mientras que Messi y Cristiano Ronaldo disputan el quinto Mundial de sus extraordinarias carreras, el delantero de Francia y el Paris Saint-Germain ha saltado a la cancha obsesionado por silenciar a los que dudan que sea el jugador llamado a relevarles en el panteón.
“Es una verdadera estrella”, afirmó el seleccionador polaco Czeslaw Michniewicz. "Hablo de (Lionel) Messi, (Cristiano) Ronaldo, (Robert) Lewandowski. Si alguien va a tomar el relevo, creo que Mbappé será el mejor jugador (por) muchos años”.
Como un fenómeno de 19 años, Mbappé anotó cuatro goles en la campaña que llevó a Francia a la conquista de su segundo campeonato hace cuatro años.
Ahora, con 23 años ha duplicado la cuenta goleadora de Rusia 2018 y es el máximo anotador del torneo.
Su cosecha de nueve goles en los mundiales le han convertido en el primer jugador en alcanzar ese cifra antes de cumplir los 24 años, rompiendo el récord que estaba en manos de Pelé, autor de siete antes de esa edad.
Pero Mbappé no se desvive por los goles y las comparaciones con el astro brasileño, quien había alzado dos Copas del Mundo para cuando había cumplido los 21 años.
“Aún estamos lejos del objetivo que nos hemos marcado y que yo mismo me he marcado ... el ganar el título”, afirmó. “Es lo único que sueño. He venido aquí para ganar este Mundial. No vine para ganar el Balón de Oro o la Bota de Oro".
Hasta el domingo, Mbappé había guardado un mutismo absoluto en Qatar. Pasó de largo el requisito obligatorio de la entrevista por el galardón al mejor jugador de un partido y que ya había recibido en los primeros dos partidos de Les Bleus en la ronda de grupos.
No tuvo otro remedio que hacerlo tras el triunfo contra Polonia
“Quería expresarme en público. Sé que hubo bastantes preguntas sobre por qué no hablaba. Para todos los periodistas ... no fue nada personal contra los ellos ni nada contra la gente", dijo.
“Tengo necesidad de centrarme en el torneo y cuando quiero centrarme en algo, tengo que hacerlo al 100 por ciento y no malgastar energía en otras cosas”, añadió. “Supe que la federación me iba a multar. Me comprometo a pagarlas".
Desplazándose por la banda izquierda ante Polonia, Mbappé rindió una exhibición de principio a fin.
La primera fue en un abrir y cerrar de ojos — con un autopase. Aceleró 35 kilómetros por hora (22 mph) al tirar la pelota hacia un espacio abierto, dejó rezagado a Przemysław Frankowski y controló el balón varios metros adelante. La jugada no acabó en gol, pero fue un adelanto de lo que Mbappé iba a exhibir durante la noche.
Al internarse hacia el medio, Mbappé hizo de generador de juego con un pase entre líneas de la zaga de Polonia y que Giroud capitalizó para abrir el marcador.
Sus dos goles fueron con un par de zapatazos en el segundo tiempo en el que hizo lucir mal a los zagueros polacos, desquiciados por el ritmo infernal y potencia de Mbappé.
“Todos sabemos lo que hace Kylian. Habla con los pies en la cancha y habla muy bien", dijo el seleccionador francés Didier Deschamps. “Tiene esa capacidad de cambiar el rumbo de un partido en cualquier momento”.
Lo siguiente será un duelo de cuartos de final contra Inglaterra el sábado, esencialmente una final anticipada.