BAGDAD (AP) — La selección iraní de fútbol recibió una discreta bienvenida en su país tras su derrota en el Mundial ante Estados Unidos, un partido disputado en medio de protestas contra el gobierno en Irán. Un iraní murió baleado cuando celebraba la victoria estadounidense.
Los jugadores regresaron a Irán el miércoles por la noche, al día siguiente de su derrota por 1-0. Manifestantes contrarios al gobierno, que consideraban al combinado como un símbolo del régimen, celebraron el resultado con vítores y fuegos artificiales en algunas ciudades iraníes.
Un hombre murió baleado por las fuerzas de seguridad iraníes en el noroeste del país por hacer sonar la bocina de su auto en celebración de la victoria estadounidense, según la organización de monitoreo con sede en Oslo Derechos Humanos de Irán (IHR, por sus siglas en inglés).
Es probable que el trato que reciben los jugadores en Irán se vea seguido de cerca porque no cantaron el himno nacional del país en su primer juego del Mundial. Muchos lo interpretaron como una muestra de solidaridad con las protestas. El equipo sí cantó el himno en los siguientes partidos.
La selección fue recibida por unas pocas docenas de hinchas en el aeropuerto internacional de Teherán, donde la gente vitoreaba y ondeaba la bandera iraní.
Pese a la aparente muestra de solidaridad, los jugadores también fueron criticados por manifestantes contrarios al gobierno, que les reprochaban no haber hablado de forma explícita la brutal represión del gobierno sobre las manifestaciones.
Una imagen en la que los jugadores se inclinaban ante el presidente, Ebrahim Raisi, antes de viajar al torneo fue muy criticada por activistas en medios sociales.
Mehran Samak, de 27 años, murió baleado por las fuerzas de seguridad tras hacer sonar el claxon de su auto en apoyo de la victoria estadounidense tras el partido del martes, en la ciudad noroccidental de Bandar Anzali, según IHR.
Samak era amigo de la infancia del mediocampista iraní Saeed Ezatollahi, que lamentó su muerte en medios sociales. Pero fue criticado de nuevo por activistas por no decir claramente que Samak había muerto abatido por fuerzas del gobierno.
Las autoridades iraníes admitieron que algunos iraníes habían celebrado el resultado, aunque le restaron importancia. El general Hossein Salami, jefe de la Guardia Revolucionaria, dijo que “no es importante para nosotros” y que las celebraciones se habían hecho en “nombre de los enemigos”, según declaraciones recogidas por la agencia semioficial de noticias Tasnim.
El delantero Sardar Azmoun dijo a los periodistas que no estaba satisfecho con su rendimiento en el último encuentro. Era la sexta participación de Irán en un mundial.
El país fue eliminado del torneo en Qatar tras perder ante Estados Unidos el martes, un duelo con connotaciones políticas en el que los jugadores trataron sin éxito de anotar un gol en los últimos minutos de juego.
Las protestas comenzaron en septiembre tras la muerte de Mahsa Amini, de 22 años, cuando estaba detenida por la policía iraní de la moral en la capital Teherán.
Las manifestaciones no tardaron en plantear el mayor desafío para la teocracia iraní desde su formación en la Revolución Islámica de 1979. Las autoridades iraníes han acusado a actores internacionales, en especial Estados Unidos, de orquestar el movimiento de protestas, aunque no han presentado pruebas.