DOHA, Qatar (AP) — Sus estadios adornados están entre los más espectaculares del mundo. Su paseo marítimo es resplandeciente y los rascacielos están adornados con pancartas colosales en las que aparecen los astros de la Copa del Mundo.
Los hinchas se amontonan alrededor de las pantallas gigantes en toda la ciudad para ver el fútbol, ya sea a lo largo del paseo marítimo de Doha, o en la lujosa Marina Pearl. Las calles están cubiertas por las banderas nacionales de las 32 selecciones que juegan en la Copa Mundial de este año, y los restaurantes están abarrotados. También lo han estado las llamadas Fan Zone, donde el cantante colombiano Maluma actuó en la víspera del partido inaugural.
Lo único que le faltaría a Qatar es un equipo ganador.
Qatar se convirtió en la primera nación anfitriona en la historia de la Copa del Mundo en perder el partido inaugural, y luego en la segunda anfitriona en ser eliminada de la fase de grupos. Sudáfrica en 2010 fue el primero en ser eliminado en la fase inicial, pero aún tenía la oportunidad de avanzar en su tercer y último partido de grupo.
No Qatar. Esta vez, el anfitrión fue eliminado después de apenas dos juegos: una derrota por 2-0 ante Ecuador en el primer partido del torneo y luego una derrota por 3-1 ante Senegal, por lo que el partido del martes contra Holanda no tuvo sentido para los qataríes.
¿Un fracaso total?
El seleccionador de Qatar, el español Félix Sánchez, responde absolutamente que no.
“Creo que estos jugadores han logrado mucho en los últimos años. Ahora tenemos que admitir de que, para competir a este nivel, todavía estamos rezagados”, declaró Sánchez el día antes del partido final de Qatar. “Creo que, si trabajamos en esto día a día, poco a poco estaremos más cerca de este nivel”.
“No me siento decepcionado ni avergonzado”, prosiguió Sánchez. “La Copa del Mundo es la competencia más exigente y sólo unos pocos pueden estar aquí. Todavía estamos un poco atrasados. El país seguirá trabajando para que la próxima vez que Qatar venga a una Copa Mundial, ojalá pronto, podamos competir mejor que nosotros esta vez”.
Qatar gastó al menos 200.000 millones de dólares en la infraestructura requerida para albergar el torneo de fútbol. No hay una cifra conocida de lo que gastó para construir una selección, un esfuerzo en el que Qatar tuvo 12 años para buscar prospectos, desarrollar talento y armar un equipo capaz de competir contra los mejores del mundo.
De hecho, los 26 seleccionados finales incluyen 16 jugadores nacidos en Qatar, pero el primer gol de la selección en una Copa del Mundo lo anotó Mohammed Muntari, nacido en Ghana. La lista incluye jugadores nacidos en Argelia, Bahrein, Egipto, Francia, Irak y Sudán.
En preparación para la Copa del Mundo, Qatar cortejó a otras confederaciones para que jugaran contra su equipo, como parte de sus esfuerzos por mejorar. El equipo recibió inscripciones de invitados en los campeonatos sudamericano y de la CONCACAF, y jugó amistosos que estaban vagamente ligados a la clasificación para el Campeonato de Europa de 2020. Todo estuvo vinculado con el patrocinio de Qatar Airways y los derechos de beIN TV.
Su campaña no estuvo exenta de controversia: luego de una derrota por 4-0 ante Qatar en las semifinales de la Copa Asiática de 2019, Emiratos Árabes Unidos protestaron por la elegibilidad de Almoez Ali, nacido en Sudán, y de Bassam Al-Rawi, nacido en Irak. El caso fue desestimado, luego de que Qatar presentó pruebas que afirmaban que la madre de Ali nació en el país.
Qatar ganó ese torneo por primera vez en su historia, venciendo a la potencia regional Japón en la final.
“Si retrocedemos 12 años, la gran mayoría de la selección nacional de Qatar eran expatriados. Hoy en día, la gran mayoría son qataríes”, declaró el doctor James Dorsey, investigador principal adjunto de la Facultad Rajaratnam de Estudios Internacionales de la Universidad Tecnológica de Nanyang en Singapur.
“Pero es un país pequeño. Es una pequeña piscina de la que pueden extraer algo. Por definición, están en desventaja frente a países que son mucho más grandes”, continuó. “Para quienes ven esto en términos puramente deportivos, sí, es relevante que sean los primeros en perder un partido inaugural y caer en la fase de grupos. Sin embargo, en una perspectiva más amplia, eso no va a hacer una gran diferencia para el gobierno”.
Qatar, que jugó su primer partido oficial en 1970 y cuenta con apenas 300.000 ciudadanos entre una población de 2,9 millones, no consiguió ser la anfitriona de la Copa del Mundo para ganar el torneo, sino para elevar su perfil internacional de esta nación rica en hidrocarburos como ningún otro evento anterior.
La esperanza de Qatar era que el torneo mejorara su relación con la vecina Arabia Saudí, que apenas dos años antes participó en un boicot de cuatro naciones contra el país. Además, Qatar consolidó sus lazos con Occidente como garantía en caso de que se avecinen más problemas políticos en el volátil Medio Oriente.
“Sabíamos desde el principio que esto era una posibilidad remota para Qatar, dada su falta de antecedentes y dado dónde estaban”, comentó Alexi Lalas, miembro del equipo de Estados Unidos en la Copa de 1994 y ahora analista de Fox Sports.
“Creo que también ven esto como, ‘sí, sería bueno’, pero esto sigue siendo ese anuncio publicitario para el mundo”, agregó Lalas. “Ya sea que su equipo participe o no, se trata de exhibir el país y, obviamente, todavía tienen muchas semanas más para hacer eso”.
Qatar albergará el torneo de fútbol de la Copa Asiática en 2023, los Juegos Asiáticos multideportivos en 2030 y sopesa una candidatura para los Juegos Olímpicos de 2036. La mayoría de los siete estadios nuevos, construidos polémicamente por trabajadores extranjeros, se redimensionarán después del torneo. El estadio Lusail, donde 88.966 espectadores vieron a Argentina vencer a México el fin de semana pasado, en la mayor multitud en un partido de la Copa del Mundo en 28 años, será reformado en un instalación multiusos.
Y a pesar de su salida anticipada de la Copa del Mundo, se espera que la selección de Qatar continúe desarrollándose y creciendo, y tal vez incluso algún día rivalice con los poderosos equipos de Medio Oriente, incluidos Irán y Arabia Saudí, que ganaron partidos de la fase de grupos en la Copa del Mundo de este año.
“Por supuesto, como jugador, hubiéramos querido que los hinchas de Qatar estuvieran orgullosos de nosotros. No era nuestro destino ganar, pero gracias a Dios al menos pudimos anotar en la Copa del Mundo”, expresó Ali. “Esta fue nuestra primera participación en la Copa del Mundo. Esperamos que no sea la última”.
Como país anfitrión, Qatar recibió un lugar automático para jugar en la Copa del Mundo de este año, pero cambiará su enfoque hacia la clasificación para futuros torneos a través de su juego en las canchas. La próxima Copa del Mundo en América del Norte se ampliará de 32 a 48 equipos y Asia obtendrá ocho plazas garantizadas en lugar de cuatro, lo que facilitará la clasificación para el torneo.
Mohammed Abdulrahim, un qatarí que dijo formar parte del comité organizador de la ceremonia inaugural del torneo, pensó que las expectativas eran demasiado grandes para la joven selección nacional.
“Por eso perdieron la oportunidad, pero no olviden que es su primer Mundial y que fue en su país. Fue demasiada presión... pero todavía estamos orgullosos”, añadió Abdulrahim, enfatizando que los qataríes están disfrutando de la oportunidad de exhibir su país al resto del planeta.
“Tenemos un mensaje para toda la gente: Somos un pueblo al que le gusta la paz, nos gusta hacer amigos. La Copa del Mundo para nosotros y todo el mundo árabe es una oportunidad de que nos vean a la cara”, sostuvo. “Creo que verán qué tan seguro es el país, ese es un punto, esa es una de las metas. Con todo, están ocurriendo cosas positivas, no cosas negativas”.
Dorsey dijo que todavía no está claro el veredicto de si este torneo cumplió todos los objetivos de Qatar, pero incluso con su decepcionante papel en las canchas, el país ha logrado avances.
“No sé si la Copa del Mundo es un juego de suma cero”, dijo Dorsey en alusión a un concepto que significa que para que alguien gane otro tiene que perder.
“Este es un gran logro, pero no es el final del juego... La Copa del Mundo de Qatar tendrá un legado de cambio social: las condiciones de los trabajadores han mejorado en Qatar. Si crees que son buenas o malas, o si se hizo lo suficiente, es otra cuestión, pero es el único estado del Golfo con un salario mínimo”. ¿Podría haber sido más alto? Absolutamente”.
“La realidad es que ha habido varias de otras cosas, por lo que ha habido un cambio social que probablemente no se habría producido sin la Copa del Mundo”, continuó Dorsey. “Creo que, en última instancia, el equipo de fútbol seguirá funcionando. Mira a China. El fútbol es extremadamente importante para (el presidente chino, Xi) Jinping y él ha invertido una fortuna en este deporte, y no aparecen por ninguna parte. En ese sentido, Qatar está ciertamente más lejos que los chinos”.
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Los periodistas de The Associated Press Ron Blum, Ciaran Fahey y Steve Wade en Doha contribuyeron para este reportaje