(corrige segundo párrafo: bien lateral izquierdo)
Luis Miguel Pascual
Doha, 27 nov. Theo Hernandez se ha visto propulsado al papel de titular en la selección francesa, tras la lesión de su hermano Lucas en el primer partido del Mundial de Qatar, y se ha convertido en el nuevo mosquetero de la estrella del equipo Kylian Mbappé.
"Cuando juegas junto a alguien como Kylian el fútbol es más fácil", asegura el jugador del Milan, que a sus 25 años cobra un papel preponderante, el único lateral izquierdo que queda en la concentración francesa.
El cambio de hermano ha modificado muchas cosas del plan inicial que traía Didier Deschamps, porque aunque comparten apellido, Theo y Lucas son radicalmente diferentes.
"A mi me gusta atacar y a él le gusta defender", asegura el menor de los hermanos, nacidos en Marsella pero criados en las afueras de Madrid, donde jugaba su padre antes de abandonar a la familia y desaparecer sin dejar rastro.
El seleccionador, que había partido sobre la base de una estabilidad defensiva tras Mbappé, vio como tenía que contar con un jugador que se proyecta en el ataque, con el consiguiente riesgo que eso supone para el equipo.
Pero el tiempo ha demostrado que con Theo, Francia cuenta con una banda izquierda de enorme calidad y un peligro que pocas selecciones tienen.
A esos dos jugadores se suma Adrien Rabiot, al que Deschamps ha desplazado al interior izquierdo para solidificar esa zona del campo, pero que está también apostando por sumarse al ataque.
"Alguna vez he tenido que decirle que no suba tanto", aseguró Deschamps. El seleccionador, adepto de la solidez defensiva -"un Mundial no se gana en defensa, pero se puede perder en defensa", asegura- no quiere demasiadas alegrías de sus zagueros.
"El entrenador me dice que no suba todo el rato. Yo adoro atacar, pero entiendo que en un Mundial lo más importante es defender", indica el jugador, que considera que la amenaza ofensiva que suponen esos tres futbolistas compensa la pérdida táctica.
AMBICIÓN OFENSIVA
"Me gusta dar asistencias, meter goles, pero en un Mundial es importante defender, hay que ocuparse de eso, ser sólidos atrás si queremos llegar lejos", agrega el futbolista.
El premio a su ambición ofensiva lo encontró contra Dinamarca en una combinación con Mbappé que permitió al parisino abrir el marcador de un partido que se les había encasquillado.
"Nos entendemos bien, los dos sabemos encontrarnos en el campo", reiteró Theo.
Su velocidad punta, que ha llevado a que le apoden "el vólido", se añade a la de Mbappé. "Creo que él corre más que yo", bromea el ex del Real Madrid, que reconoce que la rapidez es uno de los puntos fuertes de esta Francia.
Theo confiesa que vivió un momento difícil cuando al poco de empezar el primer partido de Francia en el Mundial vio a su hermano tirado en el césped con evidentes muestras de dolor.
"Enseguida vimos que era importante y para mi no fue fácil. Pero tenía que concentrarme y cumplir mi cometido, trabajar para ganar el partido", recuerda.
La confianza entre ellos es total. Antes del inicio de la competición estaban en competencia por el puesto de lateral zurdo. Lucas, que ya fue campeón del mundo en 2018, reconoció entonces que sería un orgullo volver a representar a Francia, pero más aun si lo hiciera su hermano.
"Para mí es un orgullo competir con mi hermano. También que estemos juntos en un Mundial. Le he dicho que, sea el que sea titular, estaré orgulloso. Incluso más si fuera él", explicó Lucas.
Desde entonces, no pasa un día sin que el jugador del Bayern de Múnich, que abandonó Catar tras confirmarse que no podría participar más en el Mundial, llame a su hermano para darle consejos.
"Me dice que tenemos que ganar cada partido", señala Theo, pese a tener el billete de octavos de final ya en el bolso pide a Deschamps que le deje jugar el último partido de la fase de grupos contra Túnez. EFE
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