RAYÁN, Qatar (AP) — En un parque suburbano cerca de Doha, la capital de Qatar, el aire frío de los conductos de ventilación en el suelo refrescaba a los corredores en un cálido día de noviembre que alcanzó casi los 32 grados Celsius (90 grados Fahrenheit).
El pequeño parque con caminos que cuentan con aire acondicionado es una ilustración adecuada de la manera en la que el anfitrión de la Copa del Mundo responde a las temperaturas cada vez más altas que su población debe de soportar. La rica nación del Golfo Pérsico ha podido costear este tipo de medidas de adaptación extremas gracias al gas natural que exporta al mundo.
Qatar, una pequeña península que se adentra en el Golfo Pérsico, se encuentra en una región que, fuera del Ártico, se está calentando más rápido que cualquier otro lugar del planeta.
“Ya es malo. Y está empeorando”, comentó Jos Lelieveld, químico atmosférico del Instituto Max Planck de Alemania. Parte de la razón es el calentamiento de las aguas del Golfo Pérsico, un mar poco profundo y estrecho que contribuye a una humedad sofocante en Qatar durante algunos meses.
“Es un entorno bastante difícil. Es bastante hostil”, dijo Karim Elgendy, miembro asociado del grupo de expertos Chatham House, con sede en Londres. Sin su capacidad para pagar los alimentos importados, el aire acondicionado y el agua oceánica desalinizada, explicó, el país contemporáneo no podría existir.
Qatar ya se ha enfrentado a un aumento significativo de las temperaturas en comparación con la época preindustrial. Los científicos y otras personas preocupadas por el cambio climático intentan evitar que la Tierra en su conjunto se caliente más de 2 grados Celsius (3,6 grados Fahrenheit) en promedio, porque las investigaciones demuestran que será profundamente perturbador, ya que dejará a muchas personas sin hogar, inundará las costas y destruirá los ecosistemas.
“Qatar tiene mucho que perder en cuanto a los efectos del cambio climático”, afirmó Mohammed Ayoub, profesor del Instituto de Investigación sobre Medio Ambiente y Energía de la Universidad Hamad bin Khalifa de Qatar. Es uno de los países más calurosos del mundo y experimentará aún más calor extremo, inundaciones, sequías y tormentas de arena y polvo.
Si Qatar es una de las naciones más ricas del mundo por habitante, también es una de las más contaminantes por persona. En este pequeño país, son habituales las camionetas SUV, cargadas de gasolina barata. El aire acondicionado funciona en el interior de los edificios durante todo el año. Incluso el agua potable del país consume mucha energía, ya que casi toda proviene de plantas desalinizadoras que queman combustible fósil para obtener la fuerza necesaria para presionar el agua del océano a través de pequeños filtros para hacerla consumible.
En los últimos años, Qatar ha ido avanzando en sus compromisos climáticos. En el acuerdo de París de 2015 sobre el cambio climático, no se comprometió a reducir las emisiones, pero seis años después se fijó el objetivo de reducirlas en un 25% para 2030. Una de las formas sería utilizar la captura y el almacenamiento de carbono en las instalaciones de producción de gas, una tecnología muy discutida que aún no se ha desplegado a gran escala.
Pero no está claro que Qatar pueda alcanzar su objetivo de reducción en siete años. En la reciente conferencia de la ONU sobre el clima celebrada en Egipto, el ministro de Medio Ambiente de Qatar, el jeque Faleh bin Nasser bin Ahmed bin Ali Al Thani, dijo que el país estaba “trabajando para traducir estas ambiciones en hechos”.
El Ministerio de Medio Ambiente y Cambio Climático no respondió a las múltiples peticiones de The Associated Press para que comentara su plan de reducción de emisiones.