SEÚL, Corea del Sur (AP) — La abuela de Yoo Young Yi tuvo seis hijos. Su madre dio a luz a dos. Yoo no quiere ninguno.
“A mi esposo y a mí nos gustan mucho los bebés... pero hay cosas que tendríamos que sacrificar si criásemos niños”, dijo Yoo, de 30 años, empleada de una empresa financiera de Seúl. “Así que se ha vuelto una cuestión de optar entre dos cosas, y hemos acordado enfocarnos más en nosotros”.
Hay muchas personas como Yoo en Corea del Sur que han elegido no tener hijos o no casarse. Otros países desarrollados presentan tendencias similares, pero la crisis demográfica surcoreana es mucho más grave.
La agencia de estadísticas de Corea del Sur anunció en septiembre que la tasa de fecundidad total —el número promedio de bebés que cada mujer tiene en su etapa de procreación— fue de 0,81 el año pasado. Es la más baja del mundo por tercer año consecutivo.
La población se contrajo por primera vez en 2021, azuzando preocupaciones de que un declive poblacional pudiera dañar gravemente la economía —la décima mayor del mundo— debido a escasez de mano de obra y mayor gasto en seguridad social a medida que aumenta el número de ancianos y disminuye la cantidad de contribuyentes fiscales.
El presidente Yoon Suk Yeol les ha ordenado a sus funcionarios que hallen medidas más efectivas para hacer frente al problema. La tasa de fecundidad, señaló, está desplomándose a pesar de que Corea del Sur gastó 280 billones de won (210.000 millones de dólares) en los últimos 16 años para intentar revertir la tendencia.
Muchos surcoreanos jóvenes dicen que, a diferencia de sus padres y abuelos, no se sienten obligados a tener una familia. Mencionan la incertidumbre de un mercado laboral desalentador, viviendas caras, inequidad de género y social, bajos niveles de movilidad social y el gasto enorme de criar niños en una sociedad despiadadamente competitiva. Las mujeres también se quejan de una cultura patriarcal persistente que las obliga a hacerse cargo de gran parte del cuidado de los niños y a la vez soportar discriminación en el trabajo.
“En suma, la gente piensa que en nuestro país no es fácil vivir”, dijo Lee So-Young, experto en políticas de población en el Instituto de Corea para Asuntos de Salud y Sociales. “Creen que los niños no pueden tener vidas mejores que las de ellos, y por lo tanto cuestionan por qué deberían tomarse la molestia de tener bebés”.
Muchas personas que no logran ingresar a buenas escuelas ni obtener trabajos decentes sienten que se han convertido en “fracasados” que “no pueden ser felices” incluso si se casan y tienen hijos, porque el país carece de redes avanzadas de seguridad social, dijo Choi Yoon Kyung, experto en el Instituto de Corea para el Cuidado y la Educación de los Niños. Dijo que Corea del Sur no logró establecer ese tipo de programas de asistencia social durante su explosivo crecimiento económico de la década de 1960 a la de 1980.
Yoo, la trabajadora financiera de Seúl, dijo que, hasta que fue a la universidad, tenía muchas ganas de tener un bebé. Pero cambió de opinión cuando vio a sus compañeras de la oficina llamando a sus niños desde el baño de la compañía para ver cómo estaban o yéndose antes cuando sus hijos estaban enfermos. Dijo que sus compañeros hombres no tenían que hacer eso.
“Luego de ver eso, me di cuenta que mi concentración en el trabajo disminuiría mucho si tuviera bebés”, manifestó Yoo.
Su esposo de 34 años, Jo Jun Hwi, dijo que él no cree que sea necesario tener bebés. Intérprete en una compañía de tecnologías de la información, Jo indicó que él desea disfrutar su vida tras años de búsqueda exhaustiva de trabajo en los que se sintió “como si estuviera parado en la orilla de un acantilado”.
No hay cifras oficiales de cuántos surcoreanos han elegido no casarse o tener hijos. Pero registros de la agencia nacional de estadísticas muestran que hubo unos 193.000 matrimonios en Corea del Sur el año pasado, una disminución con respecto a un pico de 430.000 en 1996. Los datos de la agencia también revelan que unos 260.600 bebés nacieron en el país en 2021, una disminución frente a 691.200 en 1996, y un pico de 1 millón en 1971. Las cifras recientes son las más bajas desde que la agencia de estadísticas comenzó a recopilar esa información en 1970.
Kang Han Byeol, una diseñadora gráfica de 33 años que está decidida a permanecer soltera, cree que Corea del Sur no es un sitio sano para criar niños. Mencionó la frustración con las desigualdades de género, delitos sexuales digitales generalizados tales como cámaras espía ocultas en baños públicos, y una cultura que ignora a los que presionan para que haya justicia social.
“Podré considerar el matrimonio cuando nuestra sociedad se vuelva más sana y le dé más estatus de igualdad tanto a las mujeres como a los hombres”, declaró Kang.
Ha Hyunji, de 26 años y compañera de cuarto de Kang, también decidió quedarse soltera después de que sus amigas casadas le recomendaron no casarse porque la mayor parte del trabajo del hogar y del cuidado de los niños recae sobre ellas. A Ha le preocupa la enorme cantidad de dinero que gastaría en tutores privados para cualquier hijo que tuviera en el futuro con el fin de evitar que quedaran rezagados en una nación obsesionada con la educación.
“Puedo tener una vida de diversiones sin el matrimonio y disfrutar mi vida con mis amigos”, dijo Ha, que administra un bar de cocteles en Seúl.
Hasta mediados de la década de 1990, Corea del Sur mantuvo programas de control de la natalidad, implementados inicialmente para disminuir la explosión poblacional del país posterior a la guerra. El gobierno surcoreano distribuía gratuitamente píldoras anticonceptivas y condones en centros médicos públicos y ofrecía exenciones a los hombres para que no tuvieran que cumplir con el servicio militar de reservistas si se habían hecho la vasectomía.
Cifras de las Naciones Unidas muestran que, en promedio, una mujer surcoreana daba a luz a entre cuatro y seis hijos en las décadas de 1950 y 1960, tres a cuatro en la de 1970, y menos de dos a mediados de la de 1980.
Corea del Sur ha estado ofreciendo diversos incentivos y otros programas de apoyo para los que tengan muchos hijos. Pero Choi, el experto, dijo que la tasa de fecundidad ha estado descendiendo demasiado rápido como para ver efectos tangibles. Durante una reunión el mes pasado de un equipo especializado del gobierno, los funcionarios dijeron que pronto establecerían medidas amplias para hacer frente a los retos demográficos.
La sociedad surcoreana aún ve con malos ojos a los que se quedan solteros o no tienen hijos.
En 2021, cuando Yoo y Jo publicaron su decisión de vivir sin hijos en su canal de YouTube, “You Young You Young”, algunos publicaron mensajes llamándolos “egoístas” y pidiéndoles que paguen más impuestos. En los mensajes también se calificó a Jo de “estéril” y se acusó a Yoo de “manipular psicológicamente” a su esposo.
Lee Sung-jai, residente de Seúl de 75 años, dijo que va en “el orden de la naturaleza” que la raza humana se case y tenga hijos.
“En estos días veo a algunas mujeres jóvenes (solteras) caminando con perros en cochecitos para niños y diciendo que son sus mamás. ¿Dieron a luz a esos perros? Realmente están locas”, manifestó.
Seo Ji Seong, de 38 años, dijo que con frecuencia las personas mayores la llaman patriota por tener muchos bebés, aunque no los dio a luz en pro del interés nacional. Espera un quinto hijo en enero.
La familia de Seo se mudó recientemente a un apartamento libre de renta en la ciudad de Anyang, que fue proporcionado en forma conjunta por la Korea Land and Housing Corporation, operada por el Estado, y la ciudad para familias con al menos cuatro hijos. Seo y su esposo, Kim Dong Uk, de 33 años, reciben otros apoyos del Estado, aunque a pesar de ello sigue siendo económicamente difícil criar a cuatro niños.
Kim dijo que disfruta ver crecer a cada uno de sus hijos con personalidades y talentos distintos, mientras que Seo siente que sus niños aprenden habilidades sociales al jugar y competir entre sí en casa.
“Todos son tan bonitos. Es por eso que seguí dando a luz a bebés a pesar de que es difícil”, declaró Seo.