SANTIAGO (AP) — Pequeños camioneros del norte chileno continuaban el martes en huelga y ocupaban parcialmente la principal ruta que atraviesa el país en demanda de rebajas en los combustibles y mayor seguridad en las carreteras.
Simultáneamente, los grandes camioneros y el líder de los transportistas de carga analizaban una propuesta del gobierno del presidente Gabriel Boric para no subir el valor del diésel durante 90 días y aportar otros 1.500 millones de dólares para mantener el subsidio estatal a los precios de los combustibles durante 2023.
“Nosotros estamos haciendo la pega (trabajo) para todos”, señaló Sergio Pérez, presidente de la Confederación Nacional del Transporte de Carga de Chile.
Los grandes transportistas y los dueños de camiones dirigidos por Juan Araya compartirán con sus afiliados la oferta oficial para que determinen si la aceptan, modifican o rechazan, mientras los pequeños camioneros norteños desconocen el liderazgo de ambos y llevan adelante sus propias negociaciones.
Chile es un país angosto y de más de 3.000 kilómetros de largo en el que los camioneros tienen una importancia estratégica porque movilizan en torno al 95% de la carga nacional e internacional. Son más de 40.000 transportistas de los cuales unos 30.000 son pequeños o medianos.
El paro se sentía principalmente en ciudades del extremo norte, donde los camiones fueron estacionados en una de las pistas de la Ruta 5, que une el país de norte a sur, y sólo dejaban pasar vehículos menores, de emergencia y autobuses de pasajeros. Los camiones con más de tres toneladas de carga eran bloqueados.
La Asociación Gremial de Transportistas Fuerza Norte señaló en un comunicado que “la movilización seguirá en forma indefinida” hasta que el gobierno atienda sus demandas específicas.
Los camioneros del norte afirman que hay un aumento descontrolado de asaltos, robos y saqueos a sus máquinas al tiempo que exigen una rebaja de un 30% en el precio del diésel, que bordea los 1,4 dólares por litro. Además, semanalmente suben la gasolina y el diésel en Chile, que importa más del 90% de los combustibles que necesita.
La propuesta del gobierno, de ser aceptada por los grandes transportistas, beneficiaría a todas las personas y gremios con vehículos. Sin embargo, los más favorecidos son los camioneros que pagan un impuesto específico a los combustibles del que después recuperan en torno del 80%.
En sus ocho meses de mandato Boric ha enfrentado dos paralizaciones de camioneros. La primera, en abril, fue protagonizada por transportistas del sur que exigían más seguridad en la carretera y finalizó cuando el mandatario se comprometió a instalar un nuevo tipo de estado de emergencia que permite a los militares cuidar las rutas desde mediados de mayo.