Viena, 18 nov. El Gobierno austríaco anunció este viernes un impuesto del 40 % sobre los beneficios extraordinarios de las empresas petroleras y gasistas, al tiempo que limitará los ingresos de las eléctricas, con el objetivo de recaudar hasta 4.000 millones de euros para ayudar a empresas y familias.
El plan, que estará en vigor hasta finales de 2023, toma como base los beneficios de las empresas entre los años 2018 y 2021.
Si los beneficios actuales están un 20 % por encima a esa media, se le aplicará sobre esa ganancia extra un impuesto del 40 %.
El vicecanciller federal, el ecologista Werner Kogler, dijo hoy al presentar el plan que la "bestial" agresión rusa contra Ucrania ha provocado que Europa esté "en una guerra económica y energética", en la que, reconoció, hay también elementos especulativos.
"Eso hace que suene la caja registradora para unos y que otros paguen en una medida que no es aceptable", señaló Kogler, jefe nacional del partido Los Verdes.
Agregó que sumando el impuesto de sociedades, que se seguirá aplicando, la tasa total aplicada a los beneficios de las empresas petroleras y de gas será del 65 %.
Eso sí, en caso de las empresas demuestren que invierten en energías alternativas, el nuevo impuesto se reduce del 40 al 33 %.
Además, a las empresas que generan o distribuyen electricidad se les impondrá que no puedan cobrar más de 180 euros por megavatio hora (MWh). Actualmente, el precio de la electricidad en Austria ronda los 250 euros el Mwh.
Ese tope se reduce incluso a 140 euros/Mwh si las empresas no invierten en energías renovables.
Las medidas anunciadas hoy estarán en vigor hasta finales de 2023, pero se aplicarán de forma retroactiva a los beneficios de las petroleras y gasistas a partir del pasado 1 de julio.
El tope al precio de la electricidad se comenzará a aplicar el próximo 1 de diciembre. EFE
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