LIMA (AP) — A tres días de la llegada de una misión de la Organización de los Estados Americanos (OEA) a Perú para evaluar su crisis política, la tensión aumentó con la solicitud del gobierno al Congreso de una cuestión de confianza, figura legal que al sumar dos rechazos del Poder Legislativo, faculta al presidente a disolver el Parlamento.
El primer ministro peruano Aníbal Torres presentó el jueves al Congreso una cuestión de confianza para que apruebe un proyecto del Gobierno que deroga una norma sobre participación ciudadana en reformas a la Constitución. La iniciativa busca anular una ley que prohíbe la modificación de la carta magna a través de un referéndum.
La cuestión de confianza implica que en caso de que el Congreso rechace la solicitud, perdería una de las dos ocasiones en que la Constitución le permite rechazar este tipo de pedidos o desaprobar gabinetes. Con un segundo rechazo, la carta magna otorga facultades al presidente para disolver el Parlamento, tal como lo hizo el exmandatario Martín Vizcarra en 2019.
“Hacemos, por lo tanto, cuestión de confianza sobre la participación del proyecto de ley que establece la participación política del pueblo”, dijo Torres ante el pleno del Legislativo.
Advirtió que la Constitución dice expresamente que la respuesta negativa a un pedido de confianza se da cuando es “rehusado” y, por eso, cualquier término que utilice el Congreso, como declarar inadmisible o improcedente, será tomado como una negativa.
No obstante, aseguró que el Ejecutivo no busca un cierre del Congreso sino que la iniciativa “pueda ser debatida entre esta y la próxima sesión del pleno y luego votada”.
“En la mañana de hoy el parlamento ha recibido (…) a nuestro premier con los ministros y espero que en la tarde el Congreso de la República se ponga del lado del pueblo”, expresó el presidente Pedro Castillo.
El Parlamento no debatió el pedido del Gobierno la tarde del jueves.
“La Mesa Directiva está evaluando la decisión sobre el trámite de la cuestión de confianza. Estamos en los plazos que corresponden”, dijo el presidente del Congreso, José Williams, ante la exigencia del legislador Flavio Cruz, de Perú Libre, partido que postuló a Castillo.
A través de sus redes sociales, el Legislativo comunicó que “las cuestiones de confianza pueden ser debatidas en la misma sesión en la que se plantean o en la siguiente”.
Sin embargo, el rechazo al Gobierno quedó de manifiesto cuando se le negó permiso a Castillo para viajar a México, donde tenía previsto participar de la Decimoséptima Cumbre de la Alianza del Pacífico del 24 al 26 de noviembre. Un total de 51 congresistas votaron a favor, 58 en contra y hubo 2 abstenciones. El gobierno no obtuvo la autorización en una segunda ronda de votaciones.
“Esto justifica que el Ejecutivo pida una segunda confianza. Esta es la clara forma de querer entorpecer. Exigimos al Ejecutivo que venga al pleno del Congreso a pedir la segunda confianza porque no se puede seguir permitiendo la dictadura de un Congreso”, exclamó el parlamentario Jaime Quito, de Perú Libre, sobre un escenario de disolución del Legislativo.
Posteriormente, el Parlamento le autorizó a Castillo viajar a Chile para asistir al Cuarto Gabinete Binacional entre Perú y su vecino del sur, que se realizará el 28 y 29 de noviembre. El pedido fue aprobado por 77 votos a favor, 35 en contra y 2 abstenciones.
Este nuevo capítulo en la confrontación Gobierno-Congreso se da cuando la misión de la OEA que evaluará el trance político del alista la visita que hará al país del domingo 20 al miércoles 23 de noviembre. La OEA anunció que buscará “escuchar a la mayor cantidad de voces posibles” y hará un informe que será presentado a su Consejo Permanente.