BEREA, Ohio (AP) — Deshaun Watson lanzó un pase corto, ajustó la barra de su casco y agachó la cabeza antes de correr por el campo siguiendo al titular Jacoby Brissett y a los otros quarterbacks de Cleveland.
Se está poniendo al día.
Todavía suspendido, Watson regresó al campo.
Más de dos meses después de comenzar a cumplir una suspensión de 11 partidos por parte de la NFL por las acusaciones de conducta sexual indebida, Watson entrenó el miércoles en lo que tanto él como los Browns desean sea el siguiente paso para que se encargue de ser el QB franquicia del equipo.
Fue el primer día de trabajo de campo en equipo para Watson desde el 30 de agosto, 12 días después de que los Browns llegaran a un acuerdo con la liga tras haber sido acusado por más de dos docenas de mujeres de conducta sexual inapropiada durante sesiones de masajes en Texas.
Watson, quien fue adquirido en un intercambio proveniente de Houston en marzo, aceptó la suspensión, pagar una multa de cinco millones de dólares y recibir tratamiento y atención especializada después de que la NFL determinara que había violado el código de conducta personal de la liga.
A pesar de la baja temperatura, cerca del congelamiento, Watson usó un jersey naranja con manga corta con su número 4 y calcetas del mismo color durante los 25 minutos en los que estuvieron presentes los reporteros. Entre los pases que envió a los receptores metió las manos en un calentador que traía alrededor de la cintura.
Watson no habló con los medios. Fue cordial y atento mientras se preparaba en el vestuario para el entrenamiento y bromeó sobre el clima que lo recibió.
Mientras cumpla con lo establecido en su acuerdo, Watson jugará su primer partido de temporada regular en 700 días el 4 de diciembre, cuando los Browns visiten Houston. Los Texans lo seleccionaron en 2017 antes de que demandara salir en un intercambio y eventualmente fue negociado a Cleveland por un paquete de selecciones de draft, incluidas tres de primera ronda.
Los Browns firmaron una extensión de contrato con Watson por cinco años y 230 millones de dólares garantizados, el contrato más rico en la historia de la liga.
El coach Kevin Stefanski no reveló detalles específicos sobre los planes para tener listo a Watson en dos semanas, mientras también prepara a Brissett para el partido del domingo contra los Bills de Buffalo.