LIMA (AP) — El papa Francisco expresó su respaldo a la investigación sobre abusos sexuales atribuidos a la comunidad católica Sodalicio de Vida Cristiana en Perú, al reunirse con una periodista que indaga el caso en momentos en que se pretende darle un nuevo impulso a la búsqueda de justicia. La cofradía, presente en diversas partes de Sudamérica y Estados Unidos, fue intervenida por la Santa Sede y la fiscalía peruana investiga a sus líderes.
El pontífice se reunió el pasado jueves en el Vaticano con la periodista peruana Paola Ugaz, que publica denuncias de abusos sexuales, físicos y psicológicos y delitos patrimoniales sindicados al Sodalicio. El encuentro se suma a los nuevos pasos para avanzar en el caso, a la espera de una decisión de la fiscalía y el efecto de un informe del Congreso en Perú.
“El sólo gesto del encuentro demuestra su solidaridad con los periodistas que investigamos un tema como el abuso por miembros de la Iglesia Católica”, dijo Ugaz a The Associated Press el domingo tras regresar a Perú.
“Me envió un mensaje de solidaridad a los sobrevivientes del Sodalicio, como José Enrique Escardó, primer denunciante, a las decenas de sobrevivientes que viven en Perú, en Estados Unidos y en Europa, y que hasta hoy siguen esperando respuestas; y a los comuneros despojados de terrenos en Piura (región del norte peruano) por empresas del Sodalicio”, contó la reportera.
El caso está a la espera de la decisión del fiscal peruano Eduardo Castañeda Garay, quien determinará si la investigación pasa a la fase de formalización luego de años de pesquisa.
“Se tiene que seguir investigando y la única manera es pasar a la siguiente etapa. Si se archiva generaría una impunidad increíble”, declaró Raiza Arroyo, abogada de las víctimas.
La congresista peruana Susel Paredes difundirá el martes un informe del Parlamento sobre el Sodalicio, el cual había estado encarpetado y ahora aportará más indicios.
“Concluye que hubo abusos sexuales, físicos y psicológicos, y una estructura institucional que los permitió, que generó una idea de obediencia absoluta y la violación de derechos humanos, y revela una estructura institucional para proteger a abusadores”, dice Paredes.
“Lo entregaré a la fiscalía, que no la tiene, y a las autoridades eclesiásticas”, añadió.
En el mismo evento, Escardó - la primera víctima en denunciar al Sodalicio- lanzará la Red de Sobrevivientes, una organización para apoyar a víctimas de abusos sexuales.
El gesto de Francisco adquiere mayor significado en este contexto.
“Da un mensaje al fiscal de que la Iglesia Católica está con el ojo en eso, que pone atención a la investigación, para que esta pueda seguir y no se caiga”, considera la abogada Arroyo.
“Aunque no creo que la reunión con el papa tenga efecto práctico en la justicia eclesial, sí tiene efecto mediático y social muy importante. También en los victimarios y sus aliados porque ven que el papa está con quien los investiga y a quien ellos atacan”, declaró Escardó.
Fundado en 1971, el Sodalicio está en escuelas e iglesias, dirige centros de retiro y tiene filiales en Perú, Argentina, Colombia, Brasil, Chile, Ecuador, Italia y Estados Unidos. La mayoría de sus integrantes son seglares, pero también hay clérigos y un obispo peruano.
Su fundador, Luis Fernando Figari, vive en Roma pero en Perú enfrenta denuncias de abusos sexuales, lesiones graves, secuestro y asociación ilícita. En el 2017, la Santa Sede lo sancionó a vivir aislado, sin contacto con los cofrades, pero a cuenta del Sodalicio.
“Esperamos que se le llegue a extraditar. Ya antes, una fiscal pidió una prisión preventiva para él. Puede no sorprender que el nuevo fiscal vaya en la misma línea”, comentó Arroyo.
Las pesquisas escalaron en 2015 con el libro “Mitad monjes, mitad soldados”, del exintegrante del Sodalicio Pedro Salinas con la colaboración de Ugaz. El libro reúne 30 testimonios de supuestos abusos psicológicos, físicos y sexuales en la comunidad a lo largo de casi tres décadas.
El Vaticano intervino el Sodalicio entre 2015 y 2017, cuando decretó aislar a Figari y planteó que “se restablezca la justicia y se repare, o al menos se contribuya significativamente a reparar”. La cofradía retiró de su cúpula a líderes envueltos en el caso.
El escándalo recordó casos similares como los del sacerdote Fernando Karadima en Chile y de la Legión de Cristo y el clérigo Marcial Maciel en México, que durante el papado de Juan Pablo II no recibieron atención suficiente de la Santa Sede a pesar de las denuncias.
El cardenal peruano Pedro Barreto se mostró a favor de la disolución del Sodalicio hace dos años. Sin embargo, esta controversial sociedad católica continúa en funcionamiento.