FRISCO, Texas, EE.UU. (AP) — Mike McCarthy eludió durante todo el tiempo que le fue posible las preguntas sobre su regreso a Green Bay.
Cuando el entrenador de los Cowboys de Dallas se vio finalmente orillado a hablar de su equipo anterior, lo hizo interrumpiendo a un reportero con una palabra malsonante.
“Chicos, ustedes están tratando de hacerme llorar”, dijo McCarthy, provocando la risa de los presentes. “¿Por qué no me hacen una pregunta sobre una formación 12 personnel o algo?”.
Lástima, entrenador. Todos quieren saber lo que pasa por la mente del estratega que llevó a los Packers al título del Super Bowl y que vivió un final infeliz, incluido un despido a media temporada, casi ocho años después.
“La salida dejó una herida con nuestra familia, para ser sincero”, dijo McCarthy. “Pero han pasado cuatro años. Somos ahora mucho mejores por eso. Hemos tenido tiempo de procesarlo todo y es algo único”.
Así es ser un entrenador que ha ganado el cetro en el mercado más pequeño de la NFL, con un equipo que es propiedad pública y que celebra una asamblea anual de accionistas.
Vince Lombardi y Mike Holmgren, los otros entrenadores que han ganado títulos con el equipo, tienen calles bautizadas con sus nombres cerca del Lambeau Field, y se marcharon cuando y como quisieron.
No fue el caso de McCarthy.
Estaba en medio de una segunda campaña consecutiva con foja deficitaria en 2018, luego de llegar a los playoffs nueve veces en 10 años, con cuatro viajes a la final de la Conferencia Nacional y la victoria por 31-25 sobre Pittsburgh para concluir la campaña de 2010 en el Super Bowl, en casa de los Cowboys.
McCarthy se tomó un año libre —siguió en Green Bay, algo que ahora no necesariamente recomienda— y se dijo listo para tomar las riendas de otra franquicia icónica de la NFL en 2020, cuando recibió la llamada de Jerry Jones, el dueño de los Cowboys.
Dallas había dado a Jason Garrett nueve campañas completas en busca de cortar lo que es ahora una sequía de 26 años sin llegar siquiera a la final de la Nacional. Jones quería a alguien que hubiera estado ahí.
El domingo, Jones estará en la suite del dueño visitante. Su entrenador estará a un costado del terreno y los Cowboys (6-2) estarán enfrentando a Green Bay (3-6), donde nació y se crio Jessica, la esposa de McCarthy.
“El papá de ella es algo así como el portero, la historia de Green Bay, como el encargado del archivo del equipo”, dijo Jones esta semana en su programa de radio. “Y por lo tanto, (McCarthy) vive muy cerca de todo esto”.
“Además, él tiene todos esos recuerdos realmente buenos, y ha hecho algunas cosas que han estado dentro de él por un tiempo, estoy seguro", añadió Jones. “Uno suma todo esto y se da cuenta de que esta visita a Green Bay va a ser algo muy personal para él”.
McCarthy, quien cumple 59 años tres días antes del partido, no lo niega. Simplemente tiene problemas para hablar de ello.