BEIJING (AP) — La capital de China reanudó el domingo su maratón por primera vez desde la pandemia, aunque otra muerte atribuida a los severos controles impuestos por el COVID-19 causó mayor descontento popular.
Las autoridades están tratando de devolver un sentido de normalidad al país al mismo tiempo que imponen una política “cero COVID” en la que vecindarios enteros son confinados si se detecta un caso, y los que vienen del exterior deben quedar en cuarentena en hoteles por entre siete y 10 días.
La frustración pública en momentos en que el resto del mundo reanuda actividades ha sido azuzada por una serie de incidentes trágicos, algunos ocurridos cuando se le ha negado atención médica a personas con emergencias no vinculadas al COVID-19.
Una investigación oficial difundida el domingo en Hohhot, la capital de la región de Mongolia Interna, culpó a la gerencia del edificio y al personal comunitario por no actuar con suficiente rapidez a pesar de recibir reportes de que una mujer de 55 años, en un edificio bajo órdenes de confinamiento, tenía tendencias suicidas.
La mujer cayó de su apartamento en el 12vo piso la noche del viernes, según el reporte publicado por el diario Inner Mongolia Daily en las redes sociales.
El descontento colectivo por la muerte, y por los intentos desesperados de su hija adulta de pedir auxilio y de salir del edificio, llevaron a la investigación. El edificio se encontraba cerrado luego que se detectaron ahí dos casos de COVID-19 hace unos 10 días.