MANAMA, Bahrein (AP) — El Papa Francisco cambió de rumbo el sábado en su visita a Bahrein para ministrar a la comunidad católica del Golfo, al frente de una misa al aire libre antes de reunirse con jóvenes para darles un consejo paternal: No sólo busquen en Google respuestas a sus decisiones cruciales, les dijo. En su lugar, busquen un padre, maestro o abuelo que pueda ofrecerles orientación.
Después de centrarse en las relaciones entre católicos y musulmanes los primeros dos días de su visita de cuatro días al pequeño reino, Francisco pudo apreciar el sábado la diversidad multiétnica de la comunidad católica de la región del Golfo. Se compone principalmente de trabajadores migrantes del sur de Asia que a menudo dejan atrás a sus familias para trabajar en la construcción, extracción de petróleo, industrias domésticas y de servicios.
Alrededor de 30.000 personas, algunas procedentes de Arabia Saudí, Kuwait y otros países del Golfo, abarrotaron el estadio nacional de Bahrein para la misa de Francisco. La liturgia en inglés estaba orientada claramente a los trabajadores migrantes del sur de Asia, que son la mayor parte de los católicos en la zona, con oraciones en malayo, tagalo y tamil. Además, un sacerdote traducía al inglés la homilía que el papa pronunció en su español natal.
“Es un gran honor", dijo Bijoy Joseph, un indio que vive en Arabia Saudí y asistió a la eucaristía. “Para nosotros es como una bendición formar parte de la misa de nuestro Santo Padre en Bahrein”.
Francisco es el primer papa de la historia que visita el reino insular, ubicado ante la costa saudí. El principal objetivo de su viaje era participar en una conferencia interreligiosa patrocinada por el gobierno para promover el diálogo entre católicos y musulmanes. Pero en las dos últimas jornadas de su estancia se centró en la atención a la comunidad católica, una minoría en la nación de alrededor de 1,5 millones de habitantes.
En su homilía, Francisco les instó a hacer el bien y a presentar la otra mejilla “incluso cuando recibimos el mal”.
“Habrá fricciones, momentos de tensión, conflictos, puntos de vista distintos, pero quien sigue al Príncipe de la Paz debe buscar siempre la paz. Y no se puede restablecer la paz si a una palabra ofensiva se responde con otra palabra todavía peor”, dijo.
“No, es necesario desactivar, quebrar la cadena del mal, romper la espiral de violencia, dejar de albergar rencores, dejar de quejarse y compadecerse de sí mismo", añadió el pontífice.
Tras la misa, Francisco se reunió con cientos de jóvenes en la escuela del Sagrado Corazón, que data de la década de 1940 y está afiliada a la iglesia del mismo nombre, la primera construida en el golfo.
La escuela cuenta con más de 1.200 estudiantes y profesores de 29 nacionalidades diferentes y una variedad de grupos religiosos, incluyendo musulmanes que estudian junto a cristianos.
Mujeres adolescentes con saris bailaron para él, exalumnos ofrecieron testimonios y estudiantes le ofrecieron palabras de aliento o le desearon buenos deseos en más de una docena de idiomas.
Francisco los instó a forjar un futuro en que tales relaciones interreligiosas amistosas sigan siendo la norma. Y luego ofreció algunos consejos personales, diciendo que él también fue adolescente y nunca tomó una gran decisión solo.
“Antes de buscar consejo en Internet, siempre busquen buenos consejeros en la vida, personas sabias y confiables que puedan guiarlos y ayudarlos”, dijo, enumerando a padres, abuelos o un guía espiritual.
___
La cobertura religiosa de The Associated Press recibe apoyo a través de una colaboración con The Conversation US, con fondos de Lilly Endowment Inc. La AP es la única responsable del contenido.