Dinero rápido, el súper trabajo, el piso soñado, una enorme herencia y, por supuesto, el gran amor: los estafadores también están en la red, en todos los canales y con la boca llena de promesas. Siempre se recomienda ser escéptico cuando hay dinero de por medio. Por ejemplo, si hay que hacer pagos por adelantado para recibir lo prometido, advierte la Policía de Prevención de Delitos de Alemania. Como regla general, nunca se debe transferir dinero a personas que no se ha conocido en persona, ni aceptar otras exigencias. El llamado fraude amoroso o romántico es especialmente pérfido. Los estafadores crean perfiles falsos en redes sociales y plataformas o aplicaciones de citas. Allí, fingen estar enamorados y seducen a sus víctimas creando en ellas una dependencia emocional. La primera señal de alarma es cuando siempre hay excusas para un encuentro, la segunda es cuando el supuesto gran amor aduce tener problemas en el extranjero y necesitar dinero. A finales de junio de este año, por ejemplo, una mujer japonesa de 65 años cayó en las garras de un estafador mientras chateaba. Este se hizo pasar por un cosmonauta ruso en órbita terrestre, como informa el portal tecnológico "Gizmodo". Entre otras cosas, el supuesto cosmonauta abrió el corazón y la cartera de la dama con fotos espaciales y la promesa de casarse con ella en cuanto volviera a la Tierra tras su estancia en la ISS. Su absurda afirmación: le faltaba el dinero para un billete de retorno a la Tierra. Según el informe, la enamorada japonesa transfirió voluntariamente un total de 4,4 millones de yenes (algo menos de 30.000 dólares estadounidenses) en cinco plazos, hasta que le asaltaron las dudas y acudió a la Policía. dpa