SAO PAULO (AP) — Poco después de depositar su voto el domingo en Río de Janeiro durante los comicios de Brasil, el presidente Jair Bolsonaro sostenía en el aire un trofeo de plata junto a los jugadores del Flamengo, el flamante campeón de la Copa Libertadores.
El mandatario derechista posó para las cámaras y se tomó selfies con los futbolistas, que el sábado ganaron el torneo. Flamengo, el equipo más popular de Brasil, doblegó 1-0 al Athletico Paranaense.
“¡Brasil campeón! ¡Brasil victorioso!”, tuiteó Fabio Wajngarten, uno de los coordinadores de la campaña del mandatario, al compartir el video. “¡El Brasil del presidente Jair Bolsonaro!”
Bolsonaro también almorzó con algunos de los jugadores del Flamengo, antes de regresar a la capital de Brasil para aguardar los resultados electorales.
Es la ocasión más reciente en que Bolsonaro festeja con equipos de fútbol nacionales, y en esta ocasión fue un evento muy visible en una jornada electoral, en medio de una contienda muy reñida con el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva para asegurar un segundo periodo. La participación de futbolistas en campañas electorales puede dividir a los aficionados, en especial a los que les desagrada que los jugadores expresen abiertamente sus posiciones políticas.
Bolsonaro —que vivía en Río de Janeiro tras crecer en el estado de Sao Paulo— era aficionado del Palmeiras, el cual tiene su sede en Sao Paulo, y del Botafogo en Río. Eso cambió luego de que fue elegido en 2018.
El mandatario acude a partidos regularmente, al igual que lo hacía Lula durante su presidencia. En una nación en la que los aficionados incondicionales ni siquiera soñarían con portar la camiseta de otro equipo, Bolsonaro no ha mostrado reparo en ponerse docenas de camisetas distintas de equipos de la primera división. La única excepción es la del Sao Paulo, uno de los principales rivales del Palmeiras. Lula, seguidor del Corinthians, rara vez viste la camiseta de otro equipo.
Frecuentemente Bolsonaro se ha mostrado favorable al Flamengo, cuyos directores lo apoyan abiertamente. Antes de su reunión el domingo, varios de sus jugadores se tomaron un video en el autobús del equipo expresando su respaldo al presidente y usaron los dedos para hacer el número “22”, la cifra que los brasileños debían poner en las máquinas de voto electrónico para sufragar por él.
Los futbolistas de Brasil no suelen dar a conocer sus posiciones políticas. Sin embargo, la mayor parte de los que sí lo han hecho apoyan a Bolsonaro.
Entre ellos están el estelar delantero Neymar y el defensa Thiago Silva, ambos seleccionados que participarán en el Mundial de Qatar. Los exfutbolistas Romário, Ronaldinho y Rivaldo, así como el extécnico nacional Luiz Felipe Scolari, también respaldan a Bolsonaro.
En una entrevista con The Associated Press este mes, el entrenador del seleccionado brasileño, Tite, dijo que no viajaría a Brasilia a entrevistarse con el presidente, sin importar cuál sea el desempeño de Brasil en la Copa del Mundo. Tite dejará el puesto después del torneo.
El video de la reunión de Bolsonaro con el Flamengo el domingo, difundido por aliados del persidente, no muestra a los jugadores más destacados del plantel, entre ellos los delanteros Gabriel Barbosa y Pedro. El mediocampista Everton Ribeiro, que aspira a un puesto en la selección nacional, expresó previamente su oposición a Bolsonaro y sus políticas.
Flamengo postergó su desfile triunfal debido a las elecciones, luego de que se lo solicitó la autoridad electoral.