MOGADISCIO, Somalia (AP) — Al menos 100 personas murieron el sábado en las explosiones de dos coches bomba en una bulliciosa intersección de la capital de Somalia y la cifra podría aumentar, señaló el domingo el presidente del país.
Casi 300 personas resultaron heridas, indicó el presidente, Hassan Sheikh Mohamud, en declaraciones a la prensa en el lugar del siniestro. “Pedimos a nuestros socios internacionales y a musulmanes de todo el mundo que envíen sus médicos aquí, porque no podemos enviar a todas las víctimas fuera del país para que reciban tratamiento”, dijo.
Fue el ataque con más muertos en Somalia desde que un camión bomba estalló en el mismo lugar en octubre de 2017 y mató a más de 500 personas.
El grupo extremista Al Shabab, vinculado a Al Qaeda y que ataca la capital con frecuencia, se atribuyó el ataque y dijo que iba dirigido contra el Ministerio de Educación. El grupo, que controla amplias zonas del país, afirmó que el Ministerio era una “base enemiga” que recibe apoyo de países no musulmanes y “está comprometido con sacar a los niños somalíes de la fe islámica”.
Al Shabab no suele reivindicar sus ataques cuando mueren muchos civiles, como ocurrió en el ataque de 2017, pero se ha enojado por una gran ofensiva del gobierno que también persigue su red financiera. El grupo dijo que seguirá luchando hasta que el país se rija por la ley islámica y pidió a los civiles que se mantuvieran alejados de zonas del gobierno.
El presidente, elegido este año, dijo que el país sigue en guerra con Al Shabab “y estamos ganando”.
El ataque en Mogadiscio se produjo al día siguiente de una reunión del presidente, el primer ministro y otros funcionarios de alto rango para ampliar los esfuerzos contra el extremismo violento y en especial contra Al Shabab.
Los extremistas, que aspiran a formar un estado islámico, han asesinado a líderes destacados de clanes como represalia, en un aparente intento de mermar el apoyo de la población a la ofensiva.
El ataque sobrepasó a los servicios de emergencias en Somalia, que después de décadas de conflicto tiene uno de los sistemas de salud más frágiles del mundo. En hospitales y otros lugares, parientes ansiosos miraban bajo lonas de plástico y en bolsas de cadáveres para buscar a sus seres queridos.
Halima Duwane buscaba a su tío, Abdullahi Jama. “No sabemos si está vivo o muerto, pero la última vez que nos comunicamos estaba por acá", dijo entre lágrimas.
Los testigos del ataque estaban conmocionados. “No pude contar los cuerpos en el suelo debido al (numero de) muertos”, dijo Abdirazak Hassan. La primera explosión golpeó el muro del recinto del Ministerio de Educación, explicó, donde había puestos de vendedores callejeros y cambio de moneda.
Un periodista de Associated Press en el lugar dijo que la segunda explosión fue ante un restaurante lleno de gente a la hora del almuerzo. Las detonaciones destrozaron taxis de bicicleta y otros vehículos en una zona de muchos restaurantes y hoteles.
El Sindicato Somalí de Periodistas, que citó a colegas y policías, dijo que un periodista había muerto y otros dos resultaron heridos en la segunda explosión cuando acudían al lugar de la primera. El servicio Aamin de ambulancias dijo que la segunda bomba había destruido uno de sus vehículos de asistencia.
Estados Unidos ha descrito a Al Shabab como una de las organizaciones más letales de Al Qaeda y en los últimos años ha realizado decenas de ataques aéreos en su contra. Cientos de militares estadounidenses han regresado al país después de que el expresidente Donald Trump ordenase su retirada.