Congo expulsa a embajador ruandés ante avance rebelde

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GOMA, Congo (AP) — Los rebeldes tomaron el control de dos poblados importantes en el este del Congo y duplicaron el territorio bajo su control después de duros enfrentamientos con el ejército congoleño el sábado, informaron las autoridades.

Más tarde, el gobierno del Congo ordenó al embajador ruandés VIncent Karega que salga del país dentro de las siguientes 48 horas, en respuesta a las acciones con que los rebeldes del M23 tomaron Kiwanja y Rutshuru cerca de su frontera compartida.

Congo ha acusado repetidamente a Ruanda de apoyar a la insurgencia, pero Ruanda ha rechazado tales aseveraciones. Se prevé que la decisión del alto consejo de defensa del Congo de expulsar a Karega eleve aún más las tensiones entre ambos países, cuyas relaciones han sido difíciles por décadas.

Por su parte, la misión de paz de Naciones Unidas, conocida como MONUSCO señaló que cuatro de sus efectivos fueron heridos el sábado en Kiwanja y advirtió sobre una “respuesta enérgica” en caso de “otra agresión contra sus bases”.

Una intensa lucha estalló el sábado en la mañana entre el ejército congoleño y los rebeldes del M23 en Kiwanja, a 70 kilómetros (43 millas) de la capital regional, Goma.

John Banyene, presidente de la sociedad civil local, dijo después a The Associated Press que los rebeldes controlaban ya Kiwanja y Rutshuru.

“Al momento, confirmamos que los rebeldes del M23 y sus aliados controlan el poblado de Kiwanja, pero las fuerzas armadas de la República Democrática del Congo no se rinden”, subrayó Banyene a los periodistas en Goma.

Daniel Subuka, un residente de Kiwanja contactado por teléfono por la AP, aseveró haber visto a rebeldes armados del M23 que se dirigían a Kiwanja y a otros rumbo a Rutshuru.

Ni las autoridades congoleñas ni las fuerzas militares han confirmado de momento la supuesta toma de los dos poblados.

Sin embargo, la misión de paz de la ONU emitió un comunicado en que condenó “enérgicamente las acciones hostiles del M23 y sus graves consecuencias para la población civil”.

La MONUSCO “advierte que está lista para tomar represalias enérgicas en caso de una mayor agresión contra sus bases”, se lee en el comunicado, que detalla que dos elementos de los cascos azules heridos habían sido alcanzados por fuego de mortero.

El M23 atrajo los reflectores hace más de una década cuando sus combatientes tomaron Goma, la ciudad más grande del este del Congo, que se encuentra en la frontera con Ruanda. Después de un acuerdo de paz, muchos de los combatientes del M23 se integraron en el ejército nacional.

Luego, el grupo resurgió en noviembre pasado, argumentando que el gobierno no había cumplido sus promesas de una década. Para junio, se habían apoderado de la ciudad estratégica de Bunagana, cerca de la frontera con Uganda.

Alrededor de 200.000 personas fueron desplazadas el año pasado incluso antes de la más reciente ola de violencia, a la que se culpa ahora de obligar a al menos 40.000 personas a huir en tan solo una semana.

El M23 ha sido una presencia polémica en las relaciones entre el Congo y Ruanda: Muchos de los combatientes del M23 son tutsis étnicos congoleños y el presidente de Ruanda es de ascendencia tutsi ruandesa.

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