LONDRES (AP) — Los políticos norirlandeses hacían un último intento el jueves de romper un estancamiento político desencadenado por el Brexit que ha impedido formar un gobierno funcional en Belfast. Si no lo logran, el gobierno británico indicó que convocaría el viernes una nuevas elecciones para Irlanda del Norte.
Miembros de la Asamblea de Irlanda del Norte se reunían para tratar de elegir un presidente, el primer paso para restaurar un acuerdo de gobierno compartido que lleva paralizado desde las elecciones de mayo. La principal formación unionista británica, el Partido Democrático Unionista (DUP, por sus siglas en inglés), dijo que vetaría la iniciativa como parte de su protestas por los controles aduaneros posteriores al Brexit.
Si no hay un gobierno para el viernes por la mañana habrá elecciones, lo que podría desbloquear la situación pero desde luego conllevaría más incertidumbre.
La crisis se produce en un momento de cambio para Irlanda del Norte, gobernada por unionistas protestantes leales a Gran Bretaña desde su formación en 1921. En las elecciones de mayo, el Sinn Fein -que busca la reunificación de Irlanda del Norte y la República de Irlanda- se convirtió en el partido más grande de la asamblea de 90 escaños, con derecho al puesto de primer ministro. El DUP fue segundo.
Irlanda del Norte es la única parte de Reino Unido que comparte una frontera con un miembro de la UE, Irlanda. Cuando el Reino Unido abandonó el bloque en 2020, los dos bandos acordaron mantener la frontera irlandesa libre de puestos aduaneros y otros controles porque una frontera abierta es uno de los pilares fundamentales del proceso de paz que puso fin a décadas de violencia en Irlanda del Norte. En su lugar, hay controles sobre algunos productos que entran en Irlanda del Norte desde el resto de Reino Unido.
Esa solución ha desencadenado en una crisis política en la que los unionistas se niegan a formar gobierno porque creen que los controles socavan su identidad británica y la posición de Irlanda del Norte en Reino Unido.